
Por supuesto, aparte pedimos “papas aliñás”, tortilla y ensaladilla (las tapas más transgresoras), mientras el bar “El Malagueño” se iba llenando de gente. La tele estaba encendida, y con el Festival de Eurovisión le llegó el turno al eurovisivo chiquiliquatre. Aquello se convirtió en un coro, dónde todos y todas jaleábamos : uno, el brekindans, dos, el crusaito, tres….
Una noche en la que El Pópulo, como gran parte de España, se volvió friki, mientras junto al ayuntamiento la banda municipal interpretaba obras clásicas y los cuatro pasos que habían procesionado esa tarde, víspera del Corpus gaditano, habían regresado a sus templos. Pero en Cádiz todo eso es compatible.