Al hilo del post anterior, con motivo de la celebración de la Asamblea Anual de la Academia Sevillana de Gastronomía, planteamos tanto la reunión como el almuerzo posterior en un nuevo establecimiento de la provincia de Sevilla. En este caso, visitamos el bar restaurante Alcaraván, situado en la frontera entre Mairena del Alcor y El Viso del Alcor. La zona demuestra una gran expansión residencial y comercial en los últimos años.
Se trata de un hermoso local haciendo esquina, con buena barra y salón interior, y una terraza tanto de mesas altas como bajas, en dos espacios diferenciados para el tapeo o comida informal. El sitio es vistoso y con buena iluminación. El tiempo de espera nos sirvió para cambiar impresiones con su jefe de sala y sumiller, Amadeo Portillo, y su jefe de cocina Victor Roldán, quienes nos informaron de su próximo traslado a una nueva ubicación más céntrica.
El menú que teníamos fijado llevaba su armonía con vinos sevillanos y andaluces.
Ventresca de atún en escabeche (muy bien resuelto, con atún aleta amarilla). Se maridó con vermut Florum Orange, de Bodegas Florum, de Alcalá de Guadaira.
Gyoza de cola de toro y salsa de su guiso, otro plato exquisito, acompañando al palo cortado Monteagudo de Delgado Zuleta, de Sanlúcar de Barrameda.
No faltaron sus croquetas de morcilla de papa de Constantina, junto a la cerveza artesana Sturio Red Tree.
La picaña madurada con tomate seco en aceite y tartufo se armonizó con el vino ARX, de Bodegas Tesalia, de Arcos de la Frontera (Cádiz).
No faltó otra referencia al pescado, con la Sartén de pulpo y langostinos, que se sirvió con Espumoso La Margarita, Bodegas La Margarita en Constantina (Sevilla).
Y el delicioso postre consistió en Carrillón de cordero agnei ibérico sobre una torrija tradicional, acompañado de Cocolubis, también de Bodegas La Margarita.
La cocina de Alcaraván es muy cuidada, trabajando con materias primas variadas a la que sacan un gran partido. Es de agradecer que se incluyeran vinos andaluces, la mayoría sevillanos, que hicieron las delicias de los comensales.
Fue excelente el servicio recibido en sala, además de contar con un espacio privado para nuestra reunión.
Todos coincidimos en que Alcaraván fue un buen descubrimiento.