De nuevo la revista OCU Compra Maestra –en esta ocasión en su número de noviembre- dedica artículos a temas vinculados al consumo doméstico,  como éste: “Comida sobre ruedas”, que es como llama a la comida a domicilio, pedida a través de la aplicación existente, o bien por teléfono. Para publicar sus conclusiones, la OCU ha realizado una encuesta a 2.597 personas de entre 18 y 69 años que declaraban haber hecho algún pedido durante los tres últimos meses.

Personalmente pienso que siempre deberíamos tener un plato de comida preparado en casa por si acaso, listo para tirar de él cuando llegue la hora de comer, prescindiendo así de la presión del tiempo y del horario. Pero es verdad que todos tenemos imprevistos en los hogares, provocando tener que recurrir a pedir comida preparada. Y, por lo visto, está creciendo la demanda de estos alimentos.

No obstante, los resultados de la encuesta realizada por OCU no hablan de que la comida a domicilio como norma, sino como algo ocasional, un pedir comida a domicilio sea una norma, sino algo ocasional, una excepción: noches de fin de semana, reunión de amigos en casa, u otros imprevistos. Es decir, es un hábito esporádico y además no es demasiado caro.

Las comidas que figuran en la aplicación suelen ser en general pizzas y hamburguesas, si bien se han incluido menús de ciertos restaurantes, que son distribuidas por marcas multinacionales ya muy conocidas por todos. El modo de pedir la comida se hace: un 40% desde las apps, un 35% por teléfono y un 23% por la web.

Resumiendo, las cifras dicen que solo un 36% de la población dice haber usado este servicio, y de ellos solo un 10% lo utilizan frecuentemente. Entre los usuarios habituales, declaran pedir comida entre 1 y 3 veces al mes. Por cierto, los mayores de 50 años son los menos proclives a solicitar platos preparados. Y en cuanto al gasto medio, éste se sitúa en 8,80 euros por persona.

Otra pregunta también incluida en el estudio de OCU pone de manifiesto que solo un 7% de los usuarios dice cocinar menos desde que usa estas aplicaciones.  Y además, las comidas pedidas desde el trabajo suponen solo el 4% del total de pedidos, aunque cabría pensar lo contrario. (91% para casa, 4% para el trabajo y 5% otros sitios).

También se recoge en el reportaje de OCU los retrasos en la entrega de la comida, concluyendo que solo un 2% de los usuarios declaran haber recibido sus pedidos con retrasos superiores a la media hora.

Resumiendo: pedir comida a domicilio es una solución para muchos desavíos, pero en España no representa aún un fenómeno decisivo para cambiar nuestros hábitos de alimentación, es decir, aún es minoritario.

Menos mal.