El Embrujo de la Isla2En los últimos años, la oferta hostelera de San Fernando (Cádiz) ha mejorado sensiblemente su variedad y su calidad. Las rutas de tapas variadas y especializadas que allí se celebran lo confirman claramente. En esta localidad los establecimientos de hostelería están situados en diferentes zonas, aunque la Plaza de las Vacas (junto al Castillo) y el centro histórico (junto a la iglesia mayor) son lugares que concentran buenos sitios para comer y tapear. Hoy me refiero a la Taberna Mesón El Embrujo de la Isla, al que en conciencia le debía este post por los muchos méritos contraídos en su buena cocina.

Se trata de un bar pequeño con barra que hace esquina, varias mesitas altas en su interior y una zona de terraza exterior de pequeñas dimensiones.

Pocos establecimientos tan limpios (escamondaos se decía antes) he visto en mi vida, desde la barra, las mesas o los servicios. Cosa que invita a sentarnos y disfrutar.

EL EMBRUJO DE LA ISLA_editado-1Pero El Embrujo tiene una cocina casera, tradicional y yo diría típica, que se adapta a la temporada, al tiempo del año y a las festividades, y todo ello con absoluta brillantez. Cocina de caza, de puchero, de lidia, de cuaresma, de atún, de pescado azul, de verduras de la provincia, etc., ponen en evidencia una forma cuidada de preparar platos para que nadie se vaya indiferente de allí.

El Embrujo tiene también buenos vinos –incluidos los más punteros de la provincia- que son ofrecidos y recomendados por Carlos, propietario del establecimiento.

En las imágenes que acompaño a esta pequeña crónica, figura el último tapeo al que asistimos a mediados del mes de agosto, con platitos para compartir, y que a todos gustó. En El Embrujo unas croquetas o un pisto son pequeñas obras de arte, y su cocina debería ser cantada en crónicas, a pesar de beber en las fuentes más tradicionales, sin apenas innovación, pero empleando los mejores productos autóctonos.

Un aliño de tomate de Conil, con aceite de Olvera, melva de Tarifa y vinagre de Jerez, se convirtió en un festín en aroma, vista y gusto. Una excelente ensaladilla de gambas ofreció suavidad y auténtico sabor. Unos huevos a la marisquera, con gambas y mejillones hizo que todos acudiéramos al plato e incluso repitiéramos. Los pimientos a la española –rellenos de tortilla de patatas- merecieron una felicitación para la cocinera, Carmen. Y un plato especial en imaginación –ostiones del campo- hechos con setas de Jimena y jamón ibérico, terminando con queso, totalmente exquisito. Finalizó el tapeo con unos higaditos en salsa que no tuvimos más remedio que probar.

Fue un acierto quedar en El Embrujo, que siempre ofrece lo mejor. Y sobre todo, una carta que se renueva con frecuencia según la época del año, pero siempre con absoluta solvencia.