El 13 de agosto de 1960, apareció en Diario de Cádiz un reportaje firmado por “Gisaon” dedicado a la inauguración de la Cueva del Pájaro Azul, a la que el periodista fue invitado. Comenzaba así: “En compañía de “Juman” me trasladé en busca de esa “Cueva”, situada en la calle San Juan. Dimos con ella. A la entrada un portón con clavos dorados. Al otro lado del portón una placa que dice: “Pájaro Azul” Negocios y Vinos. Tras esa entrada, una autentica cueva, con unos no menos “auténticos” bandoleros. Uno de ellos con un ojo tapado y una cicatriz que le llega desde la frente al mentón. Son “El Cordobés”, “El Bola” y otro, cuyo nombre no recuerdo. También en esa entrada unos toneles de vino, un tipo alto con traje de arrumbador y candiles de aceite que iluminan la escena. No se puede uno casi detener allí. El “trabuco” que empuña “El Cordobés” impone respeto”
El cronista alude a que existía una leyenda sobre un contrabandista conocido por el “Pájaro Azul” y era muy posible que en aquel mismo sitio tuviera su refugio. Alaba también el aspecto del local, de ambiente grato y temperatura ideal. El jefe de los camareros –Luis Iglesias- servía al entrar una copa de fino a los invitados. Allí estaban el alcalde accidental D. Pedro Lahera, el Magistrado D. Pedro Bugallal del Olmo y el Comisario Jefe de Policía D. Diego Fernández Cañizares. Entre los asistentes, D. José María Pemán, su hermano Don César, D. Ramón Grosso Portillo, D. Manuel García Ceballos, D. Guillermo Summers, D. Álvaro Picardo, D. José Paredes González de la Torre y D. Manuel Accame. También los doctores Piñero Carrión, Vela y González (don Joaquín); don Antonio Perea de la Rocha, marqués de Arellano; el General don Vicente Pérez de Sevilla, Gobernador Militar de Córdoba, que se encuentra entre nosotros veraneando, don Manuel Grosso; don Jerónimo Crespo; don Fernando de Córdoba; don Felipe Pascual, jefe provincial del S. O. E.; don Ramón Solís, don Alfonso Palomino; don Carlos Brome; don Federico Mariñas…
Antes de la ceremonia de la bendición, el académico de Bellas Artes doctor don Ramón Grosso, pronunció unas palabras:“Excmos. Sres., Sr. Cura Párroco de Santa Cruz, Sras. y Sres.: En nombre de la Comisión Restauradora de esta “Cueva de El Pájaro Azul”, y en el solemne día de su inauguración, se ha reunido aquí, atendiendo a nuestros deseos lo más distinguido de las actividades gaditanas en el orden de esta disciplina que pudiéramos llamar de la curiosidad histórica. Hay que reconocer que el asunto no es de una mayor trascendencia y que a caso su contenido no tenga más que un bagaje de espiritualidad, aunque se piense “adobar” – valga la frase culinaria – con el acompañamiento de un tranquilo libar y un sencillo comer.Hace unos meses, un activo industrial, Manolo Fedriani, hombre como decimos trabajador y de elevada formación en su vida de briega, descubrió casualmente estos locales subterráneos y concibió la idea de darles vida y actualidad… aceptamos la invitación de intervenir, porque sabíamos que terminada la obra restauradora servíamos a Cádiz con un lugar más para acoger nuestras ilusiones, para celebrar nuestras charlas, para recitar nuestras poesías, para difundir en conferencias, aspectos de nuestra historia local y para albergar cumplidamente a tanto ilustre visitante, enamorado de nuestra tierra y de nuestras costumbres en todas sus modalidades, hoy llamadas folklóricas, igual en la danza como en los cantos populares.
Y por estas razones, la hemos bautizado, o quizás confirmado así: “Cueva del Pájaro Azul”. No es en forma alguna que pretendamos haber hecho una simple taberna, ni un vulgar cenáculo cualquiera, pretendemos mantener con una severa selección de asistentes, bajo la custodia de su austero dueño, las esencias más puras, aunque alegres de nuestro tipismo, alegres cual corresponde a todo lo nuestro de lo que no podemos renunciar, a la blanca alegría de nuestra cal, a la alegría de nuestro mar y nuestro cielo, a la propia alegría de nuestro espíritu, que se plasma en esa felicidad que disfrutamos, a la placidez de nuestro ambiente andaluz y gaditano.
Creemos en memoria del olvidado “Pájaro Azul”, y continuando con su tradicional generosidad que participen los pobres en esta empresa, y para ello esta lámpara (en hornacina) recibirá los obsequios que los visitantes depositen y que serán repartidos, una parte por el Sr. Cura Párroco para los pobres de su feligresía y, la otra, para las Hermanitas de los Pobres”.
A continuación, el padre Martín Bueno, párroco de Santa Cruz, procedió a bendecir las instalaciones.
(Continuará)
La Cueva del Pájaro Azul: descubrimiento
La Cueva del Pájaro Azul: decoración y primer uso
La Cueva del Pájaro Azul: inauguración (I)
Tremenda la concurrencia.
Una duda me asalta y no se si alguien sabrá alguien responderme. Aquella cantidad de hombre ilustres de la epoca, ¿como llegaron a visitar aquel lugar? ¿Que clase de relaciones tenía mi abuelo con todos esos almidonados? ¿Los conocía antes de la apertura de la cueva?
Me pongo en el papel de mi abuelo en la epoca actual y sería bastante complicado que llegara alguien a visitar lo que yo abriera…
Hola Domingo: está claro que La Cueva fue un acontecimiento en su época. Y que Manuel Fedriani, nuestro tio, fue un gran emprendedor y adelantado a su época.
Me encanta, no tardes en poner la continuación. Nunca supuse que el local fuese visitado por gente tan importante de la época.