Un plato la mar de sencillo que lo único que pretende es aprovechar gambas sin destino en la nevera, o sobrantes de otro plato, sin cocer por supuesto, y comerlas en un plato caliente. En esta receta prima mucho la frescura de la gamba y el ritmo del sofrito previo, incluyendo el tomate, que le añade un toque especial. Y, por supuesto, las especias son a gusto del consumidor.
Ingredientes para 2-3 personas: ½ kg de gambas (según tamaño). ½ manojo de ajetes tiernos, 1 cebolleta mediana, 2 tomates maduros grandes, un poco de vino fino, sal, cebollinos para decorar y aceite de oliva virgen extra.
Pelar las gambas y reservar. Limpiar y trocear los ajetes y la cebolla muy finos. Rallar los tomates o pelarlos y trocearlo en dados.
En una cazuela con el aceite justo sofreír los ajetes, la cebolleta y el tomate, todo a fuego medio durante unos 10 minutos. Añadir el vino y dejar que se evapore 8 minutos aproximadamente. Añadir entonces las gambas peladas y saltear, hasta que cambien de color y procurando que no se resequen. Corregir de sal y añadir los cebollinos.
Servir.