Cuesta trabajo con los calores salir a comer a la provincia, y el desplazamiento en coche se nos hace duro. En nuestra habitual costumbre de visita la Venta Melchor, este año hemos adelantado la visita. El establecimiento continúa con su maravillosa carta, con platos tradicionales y alguna innovación que no disfraza la esencia de su cocina. Allí estaban Petri Benítez y Juan Carlos Almazo, en un espacio que quedó de dulce tras la gran obra realizada en 2017.
Brillan en la Venta Melchor las ensaladas, como la de tomate con melva y albahaca. El sashimi de atún rojo confirma el mimo y buen trato que siempre ha proporcionado al túnido de la zona, ahora todavía en temporada. El calamar relleno siempre satisface el paladar, este cefalópodo es uno de sus platos estrella. La berza de garbanzos con pringá y los garbanzos con cola de toro exhibieron la calidad y técnica de estos potajes hechos con legumbres de El Navero. Tal vez los mejores garbanzos que he probado nunca.
Se complementó el almuerzo con un par de postres a compartir: flan de pistachos y tarta de queso.
La Venta Melchor sigue fiel a su estilo: producto de cercanía, dominio de la técnica tradicional en el cocinado y una excelente puesta en mesa, con mimo y sabiduría. Son famosas sus jornadas gastronómicas: del tomate, el calamar o el cuchareo, a las que no se puede faltar.
Lo que digo siempre: comer en Venta Melchor es como ir a una peregrinación obligada.
Venta Melchor se proclamó ganador del premio del público como Mejor Restaurante de la Provincia de Cádiz en los Premios Gurmé Cádiz 2018.