Tenía unos guisantes congelados (eran frescos de temporada, claro), que ya habían pasado demasiado tiempo en el congelador. Ese día tocaba legumbres, así que era la oportunidad para guisarlos. Por otro lado, tengo siempre buen chorizo en casa, que uso poco, pero sí en mínimas dosis con potajes de lentejas y garbanzos. En esta ocasión, corté algunas rodajas que luego troceé, y con todo ello, improvisé un plato caliente. Tal como en las papas con chocos anteriores, añadí una dosis de moringa en polvo. 

Ingredientes para dos-tres personas:

100-150 g. de guisantes limpios, 1 cebolla grande, 1 pimiento verde, ½ pimiento rojo, 3-4 rodajas gruesas de chorizo sin aditivos ni gluten, 1 cucharada de moringa en polvo, sal, aove, vino fino.

Lo primero, el sofrito de cebolla muy picada, pochada con los pimientos picados muy pequeños. Cuando estén, añadimos los guisantes y el vino y dejamos diez minutos más. Enseguida ponemos la cucharada de moringa y salteamos junto con el chorizo muy picado. Añadimos entonces un poco de agua o caldo y sal.

Servimos. La moringa añade una serie de propiedades nutricionales al plato y potencia el sabor a modo de especia.