Domingo de Ramos luminoso, compatible con la bendición de los olivos y la bendición de los vinos de la Sierra de Cádiz.  La Casapuerta volvió a animar sus “Domingos en su punto”, en esta ocasión a cargo del enólogo Alejandro Cobos, que habló de los vinos Fine Tempo, Llanos del Higuerón y Terrajo, de Zahara, Setenil y Grazalema respectivamente. Los tres están incluidos en un proyecto personal de Cobos titulado “Vinos de Pueblo”, en la comarca de la Sierra de Cádiz.

La primera idea que lanzó el ponente fue incidir en las más de 20 localizaciones de vinos que tiene nuestra provincia, algunas poco conocidas, desde el marco de Jerez (que representa mucho aquí y fuera de nuestras fronteras, La Janda, la Sierra y la Bahía de Cádiz. Por enunciar la mayoría: Jerez, Chiclana, Puerto Real, Sanlúcar, El Puerto de Santa María, Chipiona, Rota, Arcos, Conil, Vejer, Grazalema, Bolonia, Zahara de la Sierra, Algodonales, Olvera, Setenil, Torre Alháquime, Grazalema, etc. En todos ellos se hace vino.

Explicó Alejandro Cobos que el Proyecto Vinos de Pueblo está limitado a una producción máxima de 3.500 botellas, con unos viñedos situados a 200 metros -en Zahara-, 400 metros -en Setenil- y 850 -en Grazalema-, con suelos calcáreos y graníticos.

Aclaró igualmente lo que es un vino natural: el que no lleva sulfitos ni levaduras, al tener una fermentación espontánea. Estos vinos están ahora de moda en Francia, merced a un compromiso con la tierra pero también con la higiene en la elaboración del vino.

 

VINO FINE TEMPO: de Zahara de la Sierra, en la llamada Almazara “El Manzanillo”, sin plaguicidas. Con 2 Ha dedicadas a viñedos, uva Syrah y Petit Verdot, variedades mundiales, que también se plantan en Jerez. Según Cobos, tanto Jerez como Ronda tuvieron que traer vinos de otros lugares para atender sus demandas, de tal modo que la Sierra de Cádiz quedó un poco en “tierra de nadie” desde el punto de vista vinícola. Y ello facilitó su desarrollo. 

Este vino se elabora sin cubierta vegetal (un recurso que consiste en una planta que entra en competencia con el viñedo y le produce un “estrés” necesario para su mejor crecimiento). Fine Tempo ha estado 13 meses en barrica de roble francés reciclado, para aportar la madera imprescindible, dado el tiempo en el que se va a consumir.

En estos vinos se busca concentración y personalidad. En los últimos tres años (en los que Alejandro ha retomado y reorganizado el proyecto), han sacado 3.500 botellas, que han tardado solo 3 meses en agotarse. (Por cierto, que ha cambiado su etiqueta).

LLANOS DEL HIGUERÓN: es el segundo vino incluido en el proyecto “Vinos de Pueblo”; es de Setenil de las Bodegas, con 2 Ha y 3.500 botellas, con uva Cabernet Sauvignon y Syrah, a partes iguales. Ha estado 6 meses en barrica de roble francés.  La madera ayuda a redondear el tanino.

Para Alejandro Cobos Llanos del Higuerón es un sabor de “primavera”, frente al Fine Tempo que sabe a “otoño”. El primero es un vino de copeo. Y recordó que en Jerez se suele vendimiar sobre el 15 de agosto y en Setenil próximo a octubre, dadas las peculiares condiciones climáticas.

TERRAJO: un vino blanco, es el vino de Grazalema, que tiene una larga historia vitivinícola. Su nombre viene de “Los Terrajos”, zona de los llamados colgaeros, recuperados por el empresario Ángel Ruiz (Viña Blas), que ha ido comprando las pequeñas explotaciones de 1,5 ha cada una de viñedo. La actuación lleva unos 3 años.

Son viñas centenarias de las variedades Perruno, Beba y Mantúo de Pilas, todas ellas autóctonas. Las uvas no palomino se llamaron vidueños.

Es una producción pequeña y se van a injertar variedades antiguas. Se han producido 1.000 botellas como máximo. A Terrajo se le deja los ollejos 24 horas antes de la fermentación.

Tras las charla, Alejandro Cobos recordó la labor que están realizando investigadores, bodegueros, empresarios y también algunos Ayuntamientos gaditanos, apoyando estos vinos de pequeñas producciones, de esquemas originales y de gran personalidad.