Lo sé, la foto es bastante sosa, doméstica, casi vulgar diría yo. Corresponde al segundo entrepaño de mi nevera, sitio en el que suelo colocar las fiambreras con la comida preparada. Me pareció buena idea enseñarla aquí por aquello de que corresponde al trabajo de una tarde de domingo en la cocina. Éstos son las comidas que preparé, todas sencillas pero apañadas: 

Pastel de pescado, gallo, pescado blanco de calidad.

Sopa de coliflor con fideos, a falta de zumo de limón en el plato.

Coliflor cocida para rehogar, pendiente de saltear con ajitos.

Pimientos asados con melva. Pelados y listo para servir.

Arroz meloso con verduras, variedad bomba, por lo que conserva su textura en días. 

Pisto de verduras, solo para calentar en el microondas en cada plato.

Ensalada de cherris con aguacate, directamente a la mesa.

 

Todos estos platos, en sus correspondientes recipientes, están preparados y listos para afrontar los próximos dos-tres días de almuerzo y cena de esta semana, a excepción de las lentejas, que se harán mañana a primera hora.  Y todos ellos tienen sus recetas en este blog.

Me he llevado unas tres horas en la cocina, pero creo que me ha merecido la pena. La mayoría de estas preparaciones se pueden tomar con solo calentar su contenido. Pero a mí me dan una tranquilidad total saber que puedo salir de casa y que a la vuelta tardaré poco en servir almuerzo o cena. Lógicamente, a mediados de semana habrá que meterse de nuevo en la cocina para continuar esta planificación. Pero es lo que hay.

No incluyo aquí los platos que tengo congelados en dosis individuales de pavo con pasas y piñones y garbanzos con espinacas, además de algún que otro guiso de pollo. Con ellos prácticamente se termina el menú semanal, aunque haya que preparar alguna que otra ensalada más para completar. Para las cenas tengo previstas las tortillas.

En la cocina de casa siempre hay que ir por delante.