Hace algo más de una semana venía con el periódico La Voz de Cádiz este pequeño “suplemento” gastronómico-cultural, que para empezar llevaba un titular acertadísimo, “la Década apetitosa”, un resumen de diez años de gastronomía de la provincia gaditana, que representa no solo dónde comer, sino la movida de sus buenos productos, las empresas que los gestionan, las manos que cocinan, los lugares dónde aprenden, los viñedos que crecen y, sobre todo, la imagen que proyectan todos estos parámetros fuera de nuestras fronteras provinciales. Una década gloriosa, de despunte, de creatividad, calidad y de emprender por el buen camino, aunque sea poco a poco. A ver si los periódicos dejan de acompañar y obligar a comprar esos suplementos de cotilleos y de reportajes paletos, y editan otras publicaciones más dignas, como ésta por ejemplo.
Ya la magnífica introducción de esta guía, redactada por el periodista Pepe Monforte, me corta toda posibilidad de resumir yo misma lo que en ella se recoge. Para el prologuista y autor de todos sus contenidos, los últimos diez años de la gastronomía gaditana han supuesto un claro desarrollo de los muchos recursos gastronómicos de esta provincia, tanto que han traspasado límites territoriales.
Monforte habla de quesos artesanos comercializados por pequeñas pero reconocidas empresas, algas de estero, cocineras autodidactas que son artistas en los fogones, vinos recién nacidos en la provincia como son los tintos y blancos, cocineros de primer nivel y famosos dentro y fuera de España, centros de enseñanza solventes y prestigiosas origen de estos grandes Chefs, así como el “empoderamiento” de productos tradicionales como el atún. Y la Universidad de Cádiz, que apoya y lidera la investigación de nuevos productos de gran valor nutricional y gastronómico. Todo ello conforma un mosaico de alto valor añadido, porque se traduce en riqueza y desarrollo. Y todos los gaditanos deberíamos estar al tanto de lo que se cultiva, captura, elabora y cocina en la provincia, porque son nuestras señas de identidad y nuestro orgullo.
La Década Apetitosa se estructura en otros capítulos como El atún rojo, Quesos de la sierra, Vinos de la Tierra, Universidad de Cádiz, Mostos y Tabancos, Ángel León, La cocina de los bambitos, Los mercados, Diez platos de premio y Diez en clave dulce. Éstos serían los indicadores de una realidad gastronómica gaditana que merece la pena conocer y saborear, porque son fundamentales para esta evolución.
En resumen, un pequeño pero denso manual para estar al tanto de lo que hemos recorrido en gastronomía, en estos últimos y decisivos diez años.
No todo ha sido positivo en este despegar. Concretamente Pepe Monforte critica y con razón el desapego y olvido de las instituciones hacia nuestras prestigiosas Escuelas de Hostelería, de los pocos focos docentes que siguen creando empleo estable, digno y prestigioso. De hecho la de Cádiz está cerrada, con su personal sin cobrar sueldos al día de hoy, y a la espera de una incierta solución que no sabemos de dónde vendrá.
Una provincia como la nuestra, con el mayor índice de paro de España, con una industria casi inexistente, necesita el empuje del sector gastronómico diferenciador.
Consumir productos gaditanos y valorarlos, divulgar sus cualidades, comer y tapear en bares y restaurantes, comprar y beber nuestros vinos y conocer a nuestros grandes cocineros o frecuentar los mercados de abastos, no son solo hábitos y costumbres sociales. Son también pequeños y enormes apoyos a una de nuestras mayores riquezas, la que conjuga tierra, tecnología, trabajo y formación. Que al final son cultura y desarrollo.
En fin, que me he enrollado con este librito, porque soy de Cádiz, conozco y me encantan sus buenos productos y creo que son la esperanza para el sector gastronómico y turístico.
Como dice la guía, “Ven y saborea la provincia”, pero antes, entérate de todo lo que tenemos.
Charo muchísimas gracias por tu comentario. Un abrazo.