Está claro. Las espumosas son para el comienzo. Este año decidimos acompañar la cena de fin de año y el brindis con un vino espumoso de Sevilla (Umbretum Brut Nature), para ir haciendo patria. Pero la cerveza…..es una sección fija e inevitable en cualquier comida que se precie, porque además facilita la conversación. No obstante, la cerveza de esta ocasión pertenecía a otro mundo. Aquel en el que se la bebe más lentamente y a otra temperatura. Hablo de la Grimbergen, una cerveza de abadía, que antes se fabricaba en Bélgica y ahora –formando parte del grupo Heineken- se produce en Francia.
Con una espuma estable pero de mediano grosor, la Grimbergen aparece algo turbia en la copa, tal como advierte mi amigo Benji en su blog, En Copa Sabe Mejor. Así que, con tal motivo, estrenamos unas copas alargadas de cerveza que guardábamos al final del mueble más alto de cocina. Esa noche por fin, salieron de su escondrijo, y tras un repaso en el fregadero, lucieron todo su esplendor de cristal, ofreciendo una mejor puesta en escena para la degustación de esta cerveza internacional.
Con un 6% de alcohol –creo que el justo-, la Grimbergen es de sabor suave, lo que facilita su degustación, y con un claro punto afrutado. Yo diría que el amargor cervecero casi ni se nota. Y maridó perfectamente con las gambitas cocidas y el platito de jamón con el que organizamos los entrantes.
Los del sur, acostumbrados a beber mucha cantidad de cerveza pero de poquísima variedad, nos estamos acostumbrando rápidamente a cambiar de marcas, procedencias y sabores distintos de espumosas. Tal es el auge del reciente fenómeno cervecero en toda España. Y está claro que buscamos sabor y la ausencia de gases, o tal vez el nivel justo de gas, lo que le da el eterno atractivo a la cerveza, pero con ligereza añadida. En fín, la completa felicidad cervecera para los que la amamos profundamente.
Una botella de tercio que podemos dosificarnos con lentitud, sin perder los aromas, los matices y el sabor que queda en boca, nos lleva a otras vivencias en esta bebida tan conocida y tan por explorar todavía. Grimbergen ha sido adquirida por Carlsberg, y creo que gustará a cualquier paladar.
En fin, un atrevimiento por mi parte el hacer una crónica sobre esta bebida que tanto adoro, pero haciendo hincapié en lo fácil que es acoger en nuestra mesa y en nuestras copas nuevos sabores. Está claro que la cerveza está pasando por un gran momento. Es cuestión de seleccionar la que más nos enamore.