Desde Madrid a Sevilla, flor de la raza avícola… (Aunque esto no es muy musical), venimos expresamente de Madrid y cruzando Despeñaperros volando, sin cargo alguno y en pareja, como los civiles, que así nos acompañamos mutuamente. Nuestro destino: este blog tan hogareño que un dia dedicó una entrada a uno de nosotros: un simpático pollo de corral gaditano empleado en el mercado central de abastos de Cádiz, un tío con mucho arte. Y el post nos trató tan bien que nos han enviado a esta cocina para trabajar en plantilla y cotizando…¡toma pollos!
No se rían…. Por primera vez en nuestras vidas –más o menos corta- alguien nos ha permitido expresarnos y opinar sobre nuestro modo de ser. Ser pollos de corral, como nosotros, es algo muy importante, pues nuestra carne –según estudios autorizados- es de las más saludables, ricas y digestivas. Vamos, que somos hashtags de la alimentación humana.
Hoy estamos contentos porque hemos llegado a Comeencasa en el mejor momento, para ir organizando la cena de Nochevieja. Lo más seguro es que sirvamos para un caldo, un guiso de pechugas y un potaje con alubias, completitos que somos.
En nuestra memoria sentimental, el recuerdo de los “Carpantas” de los comics siempre soñándonos asados, humeantes, jugosos, pero inalcanzables. Es que, junto al pavo, fuimos grandes objetos de culto y dimos los mejores aromas a aquellas cocinas de escasos recursos y de infiernillos de petróleo que daban calor a sus habitantes. Tiempos en los que al maestro se le regalaba un buen pollo vivo, que llegaba junto al obsequiado bastante despistado el pobre. Regalar un pollo o dos nunca ha sido sinónimo de prevaricación, es pura solidaridad universal.
Ha pasado mucho tiempo, y hoy más que nunca queremos seguir siendo famosos; queremos convivir con unas clases media y baja, hoy machacadas hasta casi desaparecer de las capas sociales en las estadísticas. Ha llegado el momento de elegir un producto favorito, el que mejor represente calidad/precio. Ahí podríamos estar nosotros, como alimento de una población que necesita alcanzar y reafirmar su dignidad alimenticia, porque somos pollos de gran calidad. Y con la comida no se juega.
Gracias por enviarnos como regalo a Sevilla, y gracias a Comeencasa por hacernos un poco más famosos. No se arrepentirá de tenernos en su mesa.
Y feliz 2013 de parte de los pollos CUK.
Entre una niebla de perros,
¿Cómo se llama ese puerto?
Ah sí, el Despeñaperros,
dos pollos viajan muertos.
Uno más joven que el otro,
por tanto el otro más viejo,
ni siquiera en el pellejo
se ve, pensamos nosotros.
Van sus cuerpos en bandeja,
como en ataúd, callados.
Van los dos etiquetados,
sin una póstuma queja
de donde han sido criados.
Camino a Sevilla van,
en su póstumo viaje:
ellos dieron su plumaje.
¿Qué más pedirles si dan
su pluma como peaje?
Su fin, el horno caliente,
pero en tono moderado
dad a sus cuerpos presentes
temperatura prudente,
no acaben incinerados.
Es el fin, es su destino
la Navidad, la reunión,
la buena celebración,
acompañado de vino
y la felicitación.
Si acabáis en Nochevieja
en horno, guiso o puchero,
para huir del desespero
buena idea ir en pareja:
¡Ave, pollos corraleros!
Hola Conchi…gracias por la visita. Y feliz año 2013. Ya veo que tu cocina no para…. eso es bueno para tí y para los demás. Un abrazo.
Jajajajajaja, muy bueno Charo, me encanta tu artículo sobre los pollos de corral. Sin ir más lejos el día 25 Navidad, vino uno a mi casa desde la Sierra Norte de Sevilla, para deleitarnos con su sabrosa carne y, aromatizado con el vino Pedro Ximénez. Estaba riquísimo. Feliz Año 2013 Charo y que te aprovechen los dos pollos madrileños que han llegado a tu cocina. Un abrazo.