Les presento a las primeras actrices por orden de aparición: Lola la Piconera (Trini), Carmen Toscano (yo misma) y Agustina de Aragón (María). Las tres debutamos en el Gran Teatro Falla el pasado 7 de noviembre, en el concierto benéfico La Pepa Viva, con el aforo completo. Ya conté la experiencia en el blog. Pero el dia del ensayo general fue igualmente intenso, entrando en el Teatro Falla -por dónde los artistas- a primera hora de la mañana y permaneciendo entre bambalinas hasta casi las cuatro de la tarde, todo ello del tirón, solo con alguna botellita de agua para sobrevivir. Esta profesión es dura. Eso sí, hubo la compensación espiritual de pisar la catedral del carnaval, junto a personajes de la talla de Antonio Martín (letrista de comparsa), Romualdo Pérez (chirigotero) y Emilio Gutiérrez Cruz (El Libi, cuartetero); y como director artístico, el compositor Abel Moreno. Así nos fue posible aguantar tantas privaciones.
Al finalizar el ensayo, ya en el Colegio La Salle-Viña -campamento base de más de doscientos efectivos- entre músicos, coristas, soldados doceañistas y actores-, nos llegó la hora del avituallamiento. Tuvimos que meter la mano en un gran saco de papel-cartón con la bendita etiqueta de “La Gloria”, de dónde solo pueden esperarse cosas buenas; de allí sacamos cual número de la lotería clandestina, un bocata envuelto a modo de sorpresa: era un bocadillo de tortilla de patatas ¡la felicidad completa cuando hay hambre! ¡y qué rico estaba, jugoso, con su pan blanco, crujiente, atrayente…a por él.
Cata del bocadillo de tortilla: fase visual: totalmente seductor; fase olfativa: a papas fritas y bien cuajadas en huevo…. Y fase gustativa: pá matarse, gran satisfacción en boca. Nada mejor que un bocadillo de tortilla después de un duro ensayo teatral. Bueno, también se podía repetir, que conste. La lata de cerveza fue el maridaje perfecto.
Lola La Piconera, Carmen Toscano y Agustina de Aragón, compartieron cartel, nervios y un bocadillo de tortilla de alta gama en Cádiz…¡Viva el teatro y las tortillas de papas!
Esa boca bien abierta para abarcar la anchura desmesurada del interfecto. Salivando en su justa medida para no ahogarnos con nuestros propios jugos. Bocado hasta rozar la campanilla, y antes de que las lágrimas aparezcan por la falta de respiración, y ese huevo rebose por entre las comisuras falsamente cerradas nos perpetre un atentado contra la blusa, ir tragando como el reo que espera ser ajusticiado.
Casi he saboreado ese gran bocado de la cocina española. Quitese el Bulli y la deconstrucción que intenta vendernos. Donde se pone un buen bocadillo de tortilla gollipona que se quite tanto artista de la cocina moderna.
Saludos
¡Ea!. pues ya está todo contado por si alguien no estuvo allí.
¡Buen trabajo!.
Vivan por siempre Charo.
En el Olimpo, temprano,
la Triada Capitolina
Carmen, Lola y Agustina,
se reencarnaron de manos
de Charo, Trini y María,
para debutar más tarde
con ilusión, sin alardes,
como actrices para un día
que la memoria nos guarde
de música y fantasía.
La primera campanada
fue el desfile con banderas,
guiado por piconeras
que no se escondían de nada,
para que el mundo supiera
como Cádiz se peinaba,
con las bombas que tiraban
los gabachos desde fuera.
Y bueno, para todo eso,
y subir al escenario
con el temple necesario,
o un buen bocata de queso
o tortilla, ¿no? pues eso,
lo que decía de Triada:
que las tres, como si nada,
en cuanto hubo un receso,
una tortilla, encantadas,
se comieron ex profeso
en tan solo una sentada.
(Ver la foto del suceso).