Mariana Rodríguez del Toro, es la esposa de Manuel Lazarín, un español seguidor a ultranza del rey Fernando, entonces preso. En Veracruz (Méjico), Mariana practica el noble arte de la tertulia política en su casa. En el pregón de la fiesta de Tosantos 2012, cuenta en primera persona y en boca de la impagable pregonera Hilda Martín, sus sensaciones en los días pasados en Cádiz, describiendo el mercado de abastos gaditano, entonces ubicado en la Plaza de la Corredera de las Águilas (de la Corredera), hoy llamada San Juan de Dios.

 “No faltaba carne de carnero, además de la de vaca, ternera y cabrito, el cerdo en embutidos de todos los tipos provenientes de las sierras cercanas”. El trigo, en el repuesto público a fanegas, la cebada, el maíz, garbanzos y garbanzas, lentejas, alpiste, arvejones, habas tarragonas, habas comunes, quesos del país y de Flandes, bacalao a quintales, frijoles, arroz de La Carolina, arroz de Valencia moreno y superior, pasas del sol, manteca de Flandes, jabón duro o piedra, carbón y pan ahora ya de una sola calidad, suspendido por decreto la elaboración del pan francés o el de privilegios”

“Merluzas, pescadas, besugos, lenguados, dentones, atún que venden por las esquinas y fritos a trozos pequeños en puestos ambulantes o bodegones, envueltos en papel de periódico. Chocos, almejas, ostiones, camarones, langostinos y otras especies de marisqueo, lapas, erizos, coquinas y cangrejos”.

“No falta en ella producto alguno, ni de entre ellos los mejores. No importa el origen ni la procedencia, ni siquiera los cientos o miles de leguas que hayan tenido que recorrer para estar aquí presentes… jamás he visto tantos y tan hermosas frutas, verduras, carnes, pescados y mariscos concentrados….cuando el país está en guerra y levantado”.

“Dicen que en las casas más humildes de la ciudad, los pucheros se llenan de guisos de bacalao o de machorra, oveja estéril, cecina, todo con mucho ajo y pimentón molido. De beber, vino aguado.

“Los policías de abastos vigilan que la normativa municipal en cuanto a pesos, medidas y precios se cumpliera. Que los productos que entraban por la Puerta del Mar estuvieran contabilizados de forma que pudieran ser sujetos a los arbitrios…”

“Bendito el abasto diario de los pueblos, bendito el trasiego y el vaivén de los olores y colores de los mercados y bendito el sentido mágico de quien compra y quien vende. Los que lo han hecho siempre, y los que lo harán siempre siglo tras siglo por esa necesidad del hombre de abastecerse.”

El pregón de la fiesta de Tosantos 2012 de Hilda Martín fue pronunciado el pasado viernes 26 de octubre en el Salón de Plenos del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz. Comeencasa no pudo asistir. Pero con este post quiero rendir un pequeño homenaje a la pregonera y a su buen hacer en tareas de investigación histórica sobre todo en lo relativo al Doce gaditano. El mercado de abastos de 1812 ya era del pueblo, del rico y del pobre, igual que hoy.

Aquí teneis el pregón completo, merece la pena.