En 1753, el Marqués de la Ensenada regaló al Duque de Medina Sidonia unos zapatos, y éste le obsequió un tinto de Vejer (Cádiz). Ya en 1804 el botánico Rojas Clemente habla de tintos en nuestra tierra. La finca Sancha Pérez –inscrita así por error del escribano, en lugar de Sánchez Pérez- situada entre los municipios de Conil y Vejer, es un proyecto basado en la vid y el olivo, dos superalimentos, con una filosofía ecologista y conservadora de la biodiversidad y los productos autóctonos. Durante la celebración de las I Jornadas de Algas Marinas organizadas por la Venta Melchor el pasado sábado 30, Ramón Iglesias, propietario de la finca Sancha Pérez presentó –junto a su enólogo, Miguel Gómez Lucas- dos nuevos productos: un vino tinto y un aceite ambos ecológicos, bajo la etiqueta Sancha Pérez, los primeros en su especie en Conil.

La finca posee 2.200 olivos de las variedades arbequina y picual. La primera, por su inestabilidad, necesita mezclarse. Junto a los olivos se siembran plantas aromáticas que potencian la biodiversidad, con insecticidas y abonos biológicos, cuidándose las plantas autóctonas en un entorno favorable. Se trata de mimar el campo. En la almazara, la recolección se realiza con molturación en el dia, evitando así el deterioro del aceite. (Ya en el siglo XIX se habla del aceite lampante, como aquel aceite defectuoso, destinado a alumbrar). No olvidemos que el aceite se está desprestigiando actualmente, por el efecto del agua y las impurezas y el descuido en el mantenimiento de la maquinaria.

Sancha Pérez apuesta por la innovación y el turismo, fomentando los productos tradicionales y la agricultura ecológica. Además, la crisis está haciendo volver al campo, en busca de productos tradicionales. Con este tipo de proyectos, se dinamiza la comarca y crece el entusiasmo en los habitantes de la zona. En cuanto al viñedo de Sancha Pérez, no se trata de hacer vinos diferenciados, dada su poca extensión. Se piensa recuperar la tintilla de Rota, pero no mezclada con dulce, sino la tradicional. En cuanto a la uva Petit verdot, según el botánico Rojas Clemente (1804), ésta se situaba entre Jerez y Rota. Esta variedad solo se da en el sur de Europa, por su larga maduración, adaptada a climas suaves. Algunas bodegas gaditanas han apostado por ella.

Son un total de 17 Ha de tinto en 20.000 cepas. Según Miguel Gómez Lucas, poca uva tempranillo y cabernet. Las condiciones climáticas de Cádiz son distintas al norte, aquí salen finos redondos. En Sancha Pérez trabajan con las variedades autóctonas del lugar. El vino tinto Sancha Pérez, tiene el llamado rojo de Cádiz, atractivo e intenso. Con aroma alegre, amable, expresivo y gustativamente suave. En los vinos de Cádiz se encuentra color, olor y sabor de una elaboración artesanal, que solo utiliza la despalilladora. Ni crianza ni reserva; cata y a la botella, añada de 7, 9 y 15 meses. El vino no lleva levadura, solo algo de sulfito. Ramón Iglesias cree que el campo no nos pertenece, sino a las generaciones venideras. Evitemos la desertización.