AL TRIBUNAL DE EXAMEN, con el mayor respeto: una vez finalizados sus estudios tortillológicos con picos, pan, fino y cerveza, Comeencasa desea presentar el documento acreditativo de sus hallazgos y conclusiones. Por ello, aportamos esta humilde tesina ante la Cátedra de Tortillología del Club de Tapatólogos, representado por su cabeza visible el profesor Monforte, a quien sobre el estrado le corresponderá la difícil tarea de calificar. Este informe no estará sujeto a propiedad intelectual, pues el oficio de bloguero exige contar todo lo que se desea contar, y la tortilla es ya patrimonio de la humanidad.
PRIMERO: Como marco teórico reafirmamos la hipótesis de salida de que la tortilla es una de las tapas más conocidas y deseadas de este pais, y más en la provincia de Cádiz, donde esta nueva carrera universitaria la ha puesto aún más en valor si cabe. Para culminar el estudio hemos probado las quince tortillas de otras tantas aulas gaditanas, con degustación inteligente. La antropología ha sido de gran ayuda en este difícil trabajo de campo, o más bien de barra.
SEGUNDO: La información innovadora de apoyo a las hipótesis, se materializa en la elección de la mejor tortilla de patatas del conjunto de aulas magistrales, mediante el sufragio popular (hoy no cabe otro), con voto a tenedor alzado. Tras completar la formación en tortillología y sentirnos mayores aunque suficientemente preparados, nos reservamos el derecho de seguir ampliando estudios en otras aulas no propuestas, en la seguridad de que el éxito de esta primera licenciatura, propiciará el nacimiento de nuevos yacimientos tapatológicos de huevos y papas.
TERCERO: Los fundamentos de hechos secundarios en la realización del estudio, dicen que hacer tortilla de patatas es cuestión de aprendizaje, de ponerle huevos y oficio, de que las patatas y el aceite no sean de ofertas de esas blancas, pues las variables exógenas requieren la fiabilidad de la calidad. Pero hacer una buena tortilla es un objetivo razonablemente alcanzable.
CUARTO: Ya en casa, a modo de variables endógenas, también hemos realizado descubrimientos, pues no solo hemos continuado y perfeccionado nuestras tortillas de siempre, sino que hemos hecho innovación, con las tortillas renovables y sostenibles, a base de setas, verduras, y vinos, además de modernizar el parque de utensilios tortillológicos.
QUINTO: La variable geográfica no debe olvidarse. Hemos conocido bares, ¡qué lugares! cocinados y servidos por gente profesional, trabajadora, simpática, que han mantenido la calidad de esas tortillas de patatas durante muchos años. Sitios dónde no habíamos entrado antes, por ignorancia o prejuicio, nos han transferido su cultura a través de jugosas tapas de tortilla junto a otras especialidades de la casa. Nunca la transmisión oral había sido tan digerible.
CONCLUSIÓN: Como pocos tortillandos coincidirán en la elección de la mejor tortilla, quedará demostrado que es elemental, mi querido Monforte, que la definición de buena tortilla es algo necesario pero no suficiente, es decir, que dependerá de la sartén, de la hora en que se haga, de si sopla viento de levante, del buen o mal rollo con el camarero, o incluso de si el Cádiz ha ganado por goleada. Todas estas teorías se basan en tapas reales suficientemente probadas y contrastadas en la experimentación tortillológica cuyos resultados acabamos de exponer.
En la ciudad de Cádiz, a mediados del mes de febrero de 2012.
Fdo. Comeencasa
Excelso Señor Monforte y con permiso que le diga:
No pienso de que ni si acaso se imagine que yo me intento desbalanzar su ecuánime criterio a la hora de dar un matriculaso a quien ha expuesto en este post su -más que tesina- tesis universal tortíllica-. No es asín. Manque lo pareceriese.
Pero en mi vida he visto incluso abogados del Estado del bienestar menguante que tienen una plaza a bases de discursos que, en comparación con el presente, ofrecieron menos rigor que los billetes de doce euros con treinta.
Usted sabrá atenerse de errá, que yo por mi parte también me sé controlar y me retiro a mi cueva. Pero pare usted, póngase de nuevo la capa y enuncie, o sea: recapacite.
Reciba usted pareja de cordiales abrazos sin coba.
Suyo afeitadísimo, su seguro de vida servidor.
Y para Charo un «¡hióle ahí!» de categoría.