Seguimos en línea directa con la sierra de Cádiz, concretamente con la localidad de Olvera, dónde estuvimos hace poco. El milagro digital nos trae el prodigio del pan bien hecho. Lo hace la Panadería Santiago, y concretamente éste pesa 4 kilos, y se hace al horno de leña. El destino es el Bar Mi Pueblo, donde Paco Medina lo encarga a diario. Dice que es una gozada pegarle un pellizco y mojarlo en cualquier buen aceite de oliva de la zona. Una panadería familiar fabrica entre otras esta maravillosa pieza de pan.

Pero el pan viene acompañado de bella talega serrana, hecha con tela de vichy a rayas, como las clásicas servilletas que decoran mesas y cajones de antiguos muebles coloniales. Una talega que cuida, mima, preserva y custodia un pan de verdad, hecho a conciencia, evitando que su masa se estropee.

Pan y talega, talega y pan, unidos en una pareja armoniosa, en su hábitat natural, el de la masa artesana y el de la tela cosida con hilo. Ambos se necesitan, hechos a la medida de la sierra. Probar ese pan mojado en aceite olvereño, en grupo, debe ser una gran experiencia colectiva. Luego el pan sobrante volverá a la talega, pero a su casa va.

Cultura de aromas y texturas auténticas, respetuosas con la naturaleza y con el hombre, que hará que el hombre también aprenda a respetar. Pan y talega serranos del alto en el camino para reponer fuerzas con queso y vino. Hoy es una imagen para el marketing de Comeencasa, que difunde la idea universal y casera del uso de la talega para contener el pan.

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Gracias por tu envío, Paco Medina, que aproveche.