Hasta finales de mes estará abierta esta muestra en la Casa Murillo de Sevilla, sobre la obra de la escritora de seudónimo Fernán Caballero, y de nombre Cecilia Böhl de Faber (1796-1877), que ocultó así su identidad femenina en sus escritos. Tengo en mi biblioteca dos volúmenes sobre ella: el Tomo V de sus Obras Completas (edición de 1921) y Fernán Caballero Obras Escogidas, de Mercedes Comellas (Fundación José Manuel Lara, 2010).
Precisamente ayer, en el Día de las Escritoras, hicimos un hueco para acercarnos a ver la exposición, que tuvo su comienzo en Cádiz hace pocos meses, comisariada por la doctora Marieta Cantos. Se trata de un recorrido estructurado por la vida y obra de esta escritora de origen gaditano (aunque nacida en Suiza), y enterrada en Sevilla donde murió. También se exponen algunas ediciones antiguas de sus obras.
Me ha parecido muy interesante la visión de su “enfrentamiento” entre la escritora y el personaje, contradictorios en sus pensamientos, en un mundo reservado a los hombres, en el que la autora fue igualmente adorada y atacada. A lo largo de su larga vida conoció la Guerra de la Independencia y al final de sus días, vivió la “Revolución Gloriosa” de 1868. Fue una gran viajera, siendo conocida su obra en Europa y muy apreciada en varios países de América.
En su extensa producción literaria, esta mujer culta y cosmopolita escribió sobre las clases medias y populares españolas, sobre todo de Jerez, Sevilla, El Puerto de Santa María, Rota o Madrid, pero también sobre poblaciones serranas de Cádiz. Su visión sirvió para presentar otra imagen distinta de Andalucía, retratada entonces a base de estereotipos por distintos escritores románticos europeos que la visitaron.
De ideas monárquicas y formación católica, la exposición aconseja leerla dejando los prejuicios.
Siempre tuve atracción por esta escritora, desde el bachillerato, y tal vez al conocer las tertulias literarias que organizaba su madre –Frasquita Larrea- en los salones de una casa que aún sigue en pie en el centro de Cádiz.