La prestigiosa página Eroski Consumer dedica un artículo a uno de los productos más socorridos en la sección de preparados de los supermercados: las pizzas congeladas.

Partiendo de que la pizza gusta a todo el mundo -explica la noticia- , esto se debe a su gran variedad de sabores (ácido, dulce, salado y umami), además de tener un aroma atractivo y una textura interesante. Sus ingredientes básicos son harina, tomate y queso. El problema es que en estos tres elementos la calidad puede variar ampliamente, debido a las distintas variedades empleadas, con el consiguiente mayor o menor interés nutricional.  

Por eso, Eroski aconseja para elegir una pizza, leer previamente la etiqueta, ya que los ingredientes no solo definen el tipo de pizza (sabor, aroma, textura), sino que además van a condicionar su precio o su calidad. Aunque no siempre es fácil, el artículo insiste en la necesidad de consultar el etiquetado.

Por ejemplo, para elegir una pizza, además de leer los ingredientes principales, deberíamos fijarnos en la denominación del producto (no marcas ni categorías comerciales, sino su definición legal), con una breve descripción del mismo y el tratamiento a que se le sometió.

Además, esta lista define la pizza, pues de enumeran los ingredientes por orden decreciente de peso. El primero siempre es la harina de trigo, seguida del tomate y el queso. Para el resto, se indicará la proporción concreta que lleva, y aquí la cantidad sí importa, aunque no sea suficiente para demostrar la calidad de la pizza, ya que tal vez el resto de los ingredientes más valorados se encuentren en menor proporción.

Otro componente sobre el que llama la atención es el aceite de una pizza, utilizado en la masa. Puede ser de oliva, girasol o palma. Los dos primeros, los más apreciados. No obstante, aquí el aceite es un ingrediente minoritario.

Y en cuanto a los nutrientes de la pizza: suelen tener la misma proporción de hidratos de carbono (25%), aunque a veces proceden de verduras y hortalizas. Si provienen de harina de trigo, se metaboliza con rapidez (hidratos de carbono simples), y son menos recomendables. Y en cuanto a las grasas, varían según la cantidad de queso empleado.

Otro tema a estudiar es la sal, que se encuentra en las pizzas en proporción muy desigual, pero casi siempre en valores elevados.

La pizza es un alimento con un gran aporte calórico y que suele aportar pocos nutrientes. Nada como hacerla en casa.