Situado fuera del circuito más turístico de Conil, pero céntrico y bien ubicado, el restaurante Bocinegro presenta su propia personalidad de cocina de pescado. Su decoración representa el color de la localidad, de ambiente claro, moderno, fresco y luminoso. Así lo confirma un gran frente de pared presidida por el bocinegro, pescado típico de esta parte de la costa, a medio camino entre pargo y urta, poco visto en los mercados de abastos, capturado con anzuelo y muy valorado en restaurantes selectos. Le llaman “sibarita” por su modo de alimentarse con gambas y cangrejos.
Bocinegro pertenece a la familia Muñoz Petaca, mayoristas de atún de Conil, expertos por tanto en el mundo del pescado de esta costa y su distribución, que también contribuye a la mejor hostelería local. La cocina está comandada por Rocío Fernández Moreno, una profesional hecha a base de trabajo, formación y entusiasmo, que se siente feliz por trabajar con libertad en el mágico y duro mundo de los fogones.
El título incluido en el nombre del restaurante –tabanco marino- explica su relación con el mundo del vino de la provincia de Cádiz. Es decir, vinos blancos refrescantes, para armonizar con el pescado y marisco.
El restaurante Bocinegro es un pequeño lugar de culto con todos sus ingredientes: terraza de mesas bajas con posibilidad de cierre por toldos, una isla alta junto a la entrada rodeada por bellas plantas, mesas en interior, pequeña barra (ahora poco ocupada por las restricciones higiénicas del coronavirus) y un pequeño reservado en entresuelo para alojar grupos pequeños de amigos y familias. El servicio es muy profesional y agradable.
En nuestro paso por Bocinegro probamos un pequeño aperitivo, muestra de su tipo de cocina, y servido en platos multicolores de diseño étnico y aires artesanos, todo para disfrutar con las cosas del mar y del comer.
Para muestra un botón: croquetas de gambas al ajillo (magníficas), paté de brótola y borriquete (buena presentación), ceviche de pargo y gambas (el más clásico), con cilantro, jengibre, lima y limón y cebolleta. Este último nos encantó, y me atrevo a sugerir que se ofrezca más en los restaurantes gaditanos por su simplicidad; eso sí, es necesario que se emplee en él la mejor materia prima, a riesgo de fracasar si no lo es.
La carta de Bocinegro está confeccionada en formato para mantel individual, y se extiende desde la fritura, las ensaladas, las especialidades de atún –plancha, horno, carpaccios….cazuelas, rebozados y otras elaboraciones, pero también cuenta con un capítulo dedicado a carnes (Más allá del mar). En el apartado de arroces (marinero, marisco, atún, verduras….), Rocío nos indica que se hacen al momento.
Los vinos proceden del marco de Jerez (generosos), semidulces y espumosos de Chiclana, blancos de la tierra y tintos de Sanlúcar. Por supuesto, Hay más referencias de otros lugares.
Y por finalizar, decir que Bocinegro participa en la Ruta del Atún 2020, (edición especial este año por la pandemia), con “Mormo asado con crema de zanahorias y judías verdes salteadas”. El plato no puede ser más exquisito y saludable.
Cocina marinera, vinos de bodegas gaditanas y más, una vitrina con los pescados de la zona y mariscos cocidos para llevar, así como otros productos como salazones. Un pequeño y gran templo del mar local y global de Conil, todo ello con un equipo que trabaja a gusto.