Creo que hoy me toca escribir alguna reflexión en este mi espacio propio que es comeencasa, en el que sigo escribiendo los días hábiles –como desde hace doce años- sobre cocina, o más bien, sobre lo relacionado con el comer, con el buen comer, que empieza en la tierra o en el mar y termina en el plato.

Continúa mi obsesión por la dignidad y calidad de los alimentos, mi mayor exigencia, junto al conocimiento de su origen en el mapa y a su correcta administración. Y mi eterno consejo es que cocinemos en casa, que seamos dueños de cada obra de arte que es una receta, que nadie hizo nunca antes como nosotros.

Me preocupa que estemos a punto de romper nuestra relación de amistad con la tierra o con el mar, aunque veo bien renovar, adaptar y mantener otros acuerdos sostenibles para obtener buenos alimentos con menor esfuerzo de la naturaleza, porque hay que ir con los tiempos.

Y por eso te pido que cocines en casa siempre y no te dejes seducir por los platos hechos. Cocinar es un acto de libertad individual.