La revista mensual OCU COMPRA MAESTRA de abril, dedica un amplio reportaje a las manzanas, una fruta que en España se recolecta entre agosto y octubre, pero que gracias a las cámaras frigoríficas y la importación, se mantiene a precio estable todo el año. Al parecer es la fruta que más se consume en España después de la naranja, algo más de 11 kilos por habitante y año.
Cada manzana contiene gran cantidad de fibra y flavonoides de acción antioxidante, pero tan solo 75 kilocalorías. No está mal.
La manzana continúa su proceso de maduración después de la recolección. Es una fruta de las llamadas climatéricas (al igual que peras, plátanos, melocotones, albaricoques, aguacates, tomates, etc.).
Según el grado de madurez que alcancen en el momento de la cosecha, las manzanas irán destinadas o bien al consumo inmediato o se conservarán en cámaras refrigeradas, en espera de llegar al mercado en su momento óptimo.
Si las manzanas se recogen en su madurez y son manipuladas correctamente, pueden conservarse durante mucho tiempo (5-6 meses, incluso 11 meses). Pero si se recogieron antes de tiempo, pesarán menos y carecerán de aroma, sabor y textura, y tendrán algunos defectos. Si la cosecha es tardía, las manzanas envejecerán antes y resistirán mal las podredumbres.
Según indica OCU, hay más de 1.000 variedades de manzanas en todo el mundo, aunque pocas están disponibles en las tiendas. Cada variedad tiene características propias, al gusto del consumidor.
Según su dulzor o acidez, de mayor a menor estarían Fuji, Royal Gala, Red Delicious, Golden, Jonagold, Braeburn, Kanzi, Pink Lady, Granny Smith, Reineta, etc. Las más dulces se comen crudas y las variedades intermedias o más ácidas van para cocinar en purés, guarniciones y repostería.
Las diferencias de precios de las manzanas no son llamativas, pero dependen del tipo (las más caras son las rojas), origen (la manzana de importación de Nueva Zelanda, Brasil, Argentina y Chile y las de China, como la Fuji); Calibre (mayor tamaño, más cara, como la manzana roja. Marca (como Pink Lady, Kanzi, Marlene, etc.). ; época del año (la amarilla es barata y estable todo el año, no lo es la roja). En primavera aparecen en los mercados manzanas del hemisferio sur, para suplir la falta de stocks europeos. Se importa la manzana que tiene peor conservación.
Defectos de las manzanas: normalmente aparecen en la cadena logística o en el punto de venta, por exceso de maduración, golpes o podredumbres: RUSSETING; microlesiones en la piel, poco importantes.
BITTER PIT (mancha amarga), por ejemplo a las Granny Smith, Braeburn y Deliciosos, por deficiencia de calcio.
ESCALDADURAS: zonas pardas superficiales durante la conservación, llagas dispersas e irregulares, no afectan a la calidad.
HARINOSIDAD; por la larga conservación en cámaras frigoríficas, degradación de la pectina de la manzana.
VITRESCENCIA; en la pulpa con un aspecto translúcido, como mancha de aceite verde o amarillento, por desequilibrio mineral durante el cultivo.
A grandes rasgos, las manzanas son AMARILLA (la más barata, de USA, consumo en fresco, Golden y verde doncella, PARDA (buenas para cocinar, Reineta, Canadá,e tc., VERDE (Granny Smith, cosecha tardía, de Australia, consumo en fresco y en ensalada. BICOLOR, Fuji, Royal Gala, etc, para consumir en fresco; Y ROJA, la más cara, de USA, forma alargada, piel áspera y pulpa dulce, jugosa y aromática.
Las manzanas deben conservarse en un lugar frío, seco y oscuro, si no se van a consumir pronto.
Las ceras que cubren las pieles de las manzanas son totalmente seguras, están incluidas en la lista de aditivos autorizados de la UE, su consumo no es peligroso. Se puede retirar esta cera raspando la superficie de la manzana con un cuchillo.
Las manzanas FUJI suelen tener un precio con 120% más caras, y también ocurre con la Granny Smith o la Royal Gala.
ES IMPORTANTE FIJARSE en la información sobre origen, variedad, categoría y calibre.
Se debe elegir siempre las manzanas con la piel limpia y firme, sin defectos y alteraciones importantes, con colocación uniforme y características de la variedad.
La piel puede contener residuos de pesticidas y otras contaminantes, por lo que se debe pelar, aunque perderá muchos de sus nutrientes. Pero se puede lavar bien frotándola debajo del grifo.