Esta mañana he dado una pequeña charla a unas veinticinco mujeres inmigrantes que buscan empleo en el servicio doméstico en España. Ha sido en el Centro Social María Inmaculada, con motivo de la celebración del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora. Me ha motivado mucho comprobar su asistencia así como la participación que la mayoría de ellas ha tenido en el acto.

Mi exposición ha ido sobre el tema del trabajo en general, y concretamente el de la mujer, con su difícil conciliación con la vida familiar. Les he comentado que el trabajo es el mejor medio para crecer, para madurar y para conseguir un completo proyecto de vida, es decir, la madurez personal. Hemos subrayado la importancia de saber gestionar los fracasos, incidiendo en que la vida en general es difícil, para unos más que para otros. Pero siempre es interesante.

Otro tema que he abordado ha sido el de la ausencia de valores en la sociedad: se aprecia lo fácil, lo material, lo inútil, el consumismo en general, en detrimento de ideas y principios valiosos, perdurables, sólidos y útiles para nosotros mismos y para quienes nos rodean.

La generosidad ha sido otra cuestión que he comentado, como gesto abierto, noble y necesario para hacer la vida más agradable a los demás, junto a otras cualidades humanas necesarias en lo laboral como la honradez, la constancia y el sentido de la justicia social.

No he querido pasar por alto la importancia de evitar el sometimiento a la pareja, bien a través de los celos o del control sobre la conducta femenina, dejando muy claro que la felicidad en el amor es fácil, sin condiciones, porque procede de una entrega mutua, en igualdad de condiciones.

Y he terminado hablando de la importancia de las redes sociales y de su uso razonable, a sabiendas de que estas herramientas son utilizadas por la mayoría de las mujeres jóvenes.

Al tiempo de comentar ideas y reflexiones de la charla, estas chicas han puesto en común sus problemas e inquietudes, no muy distintas de las de cualquier mujer española, lo que ha dado mayor sentido a la exposición.

Trabajo, pareja, libertad, madurez y dignidad son los pilares básicos para la mujer y para el hombre, en una sociedad cada día más compleja que a veces está dando pasos hacia atrás, en lugar de evolucionar hacia la cultura y el desarrollo personal.

Una sociedad se evalúa por el trato que da a la mujer.