Con una descripción de la bellísima y pequeña Capilla neorrománica, comencé las crónicas de una interesante visita al Dique de Matagorda que realizamos hace unos días. La Empresa www.albarco.com pondrá en marcha a partir de primeros de abril próximo estas excursiones a través de una embarcación de mediana capacidad (150 personas), atravesando la bahía desde Cádiz a la orilla del término de Puerto Real, dónde se encuentran estos restos de nuestro pasado industrial reciente. El lugar tiene de todo: restos arqueológicos, recuerdos tecnológicos, archivos históricos y un museo dedicado a la construcción naval en este Dique. Nuestra bahía no debe olvidar esta floreciente realidad industrial hoy pasada y devenida en decadencia. Aquí hablo de lo que vimos en esa ocasión con esta excursión piloto por vía marítima, y que nos encantó.
El Dique de Matagorda fue la primera instalación industrial moderna en España, realizada con capital civil, pues antes lo fueron las de La Carraca, Ferrol y Cartagena, que eran militares. Antonio López, empresario santanderino y emprendedor, funda la Compañía Naviera de su nombre y más tarde la Compañía Transatlántica, con buques de acero, para sustituir a los de vela o a vapor. Para el mantenimiento de los buques de la compañía de su propiedad, invierte cinco millones de pesetas de entonces en construir un gran dique de 150 m. de eslora, 25 de manga y 15 m. de profundidad escalonada en los terrenos de Matagorda (Puerto Real, Cádiz). Comenzaron las obras en 1873, culminando cinco años después. En este Dique entraban los barcos al revés. Participaron en la construcción los ingenieros Bell y Miller, junto al español Eduardo Pelayo.
Es interesante la explicación del mecanismo de entrada y salida del agua al interior del dique, para permitir primero la construcción del casco del barco y con posterioridad, la botadura, que era celebrada con una gran fiesta en el astillero.
Muy interesante fue contemplar los cañones colocados junto al dique, del siglo XVII, que aparecieron en el Paseo de Canalejas de Cádiz hace un par de años, pertenecientes a la antigua batería de San Antonio, y que se encuentran en estas instalaciones, cedidos para proceder a su limpieza y posterior colocación en las murallas de San Carlos, también en la capital. Cada pieza tiene un peso de alrededor de 2.000 kilos.
El guía, José María Molina, director del Museo del Dique, refirió como en este astillero se construyó el primer barco de la Copa América, prototipo que se conserva en las instalaciones Náuticas de Elcano, a la salida del Puente Carranza en dirección a Cádiz.
También pudimos contemplar a un costado del dique tres antiguos barcos que esperan su rehabilitación. Uno de ellos fue el vapor Matagorda, que transportaba los obreros desde Cádiz a Puerto Real diariamente.
El antiguo Dique de Matagorda representa un complejo de instalaciones y edificios. Uno de ellos, el que funcionó como sala de delineación, hoy se utiliza como comedor de ingenieros o comedor de cortesía, para determinadas visitas institucionales. Y el antiguo Taller de Forja, hoy ya resanado y rehabilitado, es la Sala de Documentación histórica del Dique, que además está acogiendo la mayoría del legado documental histórico de los astilleros públicos españoles. Esta inmensa nave tenía linterna en el techo –para salida de humos- y suelo de arena.
En la construcción de un barco se daban tres fechas a celebrar: la puesta de quilla, la botadura y la entrega. Aquí se conserva una relación cronológica de todos los buques construidos en este Dique, siendo el primero en 1730. También se conserva la campana que regía los ritmos horarios de trabajo, el martillo pilón, el torno y dos carrillos para el transporte interno de material.
(Continuará).