Tal vez fue el pescado o tal vez el jamón, o tal vez ninguno de ellos. Uno de los dos alimentos o ninguno de los dos tuvo la culpa. Con un origen incierto, una fecha caduca de aptitud para el consumo, y la ausencia de un cocinado fuerte que hubiera acabado con los gérmenes conocidos. Aún no se sabe lo suficiente sobre este triste suceso mortal.
La cena –comida que a veces no recibe la importancia que merece-, se plantea con pocos elementos, dispuestos con rapidez. En esta ocasión, ha acabado con tres vidas rápidamente.
Asco de pobreza, de marginación, de incertidumbre, de triste vida que obliga a buscar comida en cualquier sitio, a recibir alimentos de cualquiera, a no poder elegir tu marca, tu variedad, tu envase, tu calidad, tu sabor….a no ser dueño de tu destino alimenticio, a no ser el capitán de tu mesa.
La comida una vez más, nos da la salud o nos la quita, unas veces lentamente, a lo largo de muchos años, y otras de raíz, sin avisar, el día o la noche que a ella y sus bacterias les dé la gana.
Masticar, salivar, tragar a diario, varias veces en el día, nos va fortaleciendo, regenerando. Nos puede hacer más humanos, más egoístas o más indignos. Eso depende de muchas cosas.
No sé quien posee a quien: el alimento a nosotros o nosotros a él. Pero nuestra vida, buena o mala, está en sus manos. Y es lo primero que puede perder el hombre con su pobreza, la autonomía de su alimentación, el timón de su plato.
Y otros –la peor calaña humana- lo saben, lo permiten y se aprovechan en cualquier lugar del mundo.
Hola Charo. Gracias por la visita y por el comentario. Comparto tu opinión, un producto en mal estado no causa la muerte de un modo tan rápido. Pero este desgraciado suceso pone de manifiesto la precariedad alimenticia de muchas familias a causa de la crisis. Y del alimento dependemos todos.
Gracias de nuevo.
Partiendo de que conozco pocos detalles del caso en cuestión. Por lo general una infección bacteriana toxicoalimentaria no causa la muerte en tan pocas horas. Me inclino a pensar que en este asunto ha habido contaminación por algún producto químico tóxico, que sí pueda explicar que la desgraciada muerte de estas personas se haya producido con tanta rapidez