Estuve buscando un buen rato en mi ya considerable biblioteca de cocina y gastronomía, un modo de guisar las pechugas de pollo que tenía para el almuerzo. Y encontré la idea –que no exactamente la misma- para hacer este pollo en salsa de manzana que a todos gustó en casa. Además, tenía unas manzanas rojas pequeñas compradas en una tienda del centro, procedentes del mercadillo ecológico que ponen en la Alameda en Sevilla. Total, que me decidí por la receta. Ahí va.

Ingredientes (tres/cuatro personas): 600 g de pechugas de pollo (mejor de corral), 3-4 manzanas, uno o dos puerros, medio cacito de aceite, medio vaso (de agua) de vino oloroso, un puñado de pasas y sal.

En una cazuela ponemos a pochar en aceite el puerro troceado, durante unos diez minutos. Mientras, troceamos las pechugas de pollo y las salpimentamos. Aparte, en un bol, ponemos las manzanas peladas,  descorazonadas y picadas con una copa de vino oloroso para que maceren.

Añadimos el puerro pochado a la mezcla de las manzanas con el vino y lo pasamos por la batidora.

Doramos el pollo con un poco de aceite y algo del vino. Cuando esté, añadimos la mezcla triturada, las pasas y un poco de agua. Dejamos cocer todo unos veinticinco-treinta minutos a fuego medio.

Servimos el pollo con trozos de manzana crudas de adorno.

Hace pocos días lo pusimos para almorzar y nos encantó. La salsa está muy rica, teniendo en cuenta que lleva poquísimo aceite.