En casa los miércoles –salvo fuerza mayor o cambio de planes- tenemos garbanzos para almorzar. Esta receta tan chula y tan clásica la vi, con algunos cambios, en un video de España Directo y me gustó por su sencillez, porque además tiene poco tiempo de elaboración. Los níscalos los compré a granel en mi frutería, y su única dificultad es lavarlos con un paño limpio o con un cepillito de cocina, en lugar de echarles agua, porque cogen demasiada humedad.
Ingredientes (4 personas)
300 g de garbanzos crudos, 300 g de níscalos, 1 cebolla morada, 1 diente de ajo, una cucharada sopera de hojas de ñoras, tomillo, romero, aceite de oliva virgen extra y sal; y medio vasito de vino Pedro Ximénez (opcional).
Hay que remojar los garbanzos la noche anterior, o dejarlos 12 horas. El agua del remojo la aproveché también.
Se limpian y trocean los níscalos y se reservan.
En una cazuela baja se ponen a pochar el ajo y la cebolla muy picados con las ñoras. Luego se añaden los níscalos limpios y troceados con sal. Al poco se les añaden las especias y el vino y se deja reducir unos quince minutos.
Se añaden los garbanzos y se completa de agua (mejor caliente) o caldo. Se corrige de sal y se deja guisar unos 30 minutos que serán suficientes para que se pongan tiernos los garbanzos.