Gracias de corazón a Tamara Cansino y a Jesús Recio. Entre las tareas de almuerzo y cena, tras una esmerada recogida, limpieza y presentación de su local, ocupamos espacio de tiempo y lugar de merienda un grupo de blogueros y comunicadores gaditanos de la gastronomía. SONÁMBULO lleva dos años abierto, y ya tuvo en su día el premio a la mejor apertura según Cádiz Gurmé. Y sobre todo, es una referencia en carnes de calidad, con origen de proximidad en la provincia y el marchamo de Paco Melero, nada menos.
Seríamos unos quince. La mesa que nos tenían preparada lucía con los vinos de la provincia de Cádiz (Bodegas Sanatorio de Chiclana y vinos de Trebujena), tuvo que hacer hueco para colocar los dulces preparados por los gastrónomos, que fueron montando y emplatando con eficacia y gusto sus diferentes elaboraciones. La alargada mesa se convirtió en una muestra de repostería tradicional gaditana, junto a otras delicias más innovadoras.
Por ahí circula un vídeo viral que lo demuestra todo. De fondo, «Campana sobre Campana y Hacia Belén va una burra…»
«Roscos de vino de Jerez, mini pestiños clásicos, empanadillas de cabello de ángel (autóctonamente serranas de Grazalema), cortadillos de conventos de la provincia, roscos de navidad, tortas navideñas de masa clásica, tarta de calabaza, polvorones caseros, galletas, alfajores artesanos, estrellitas, tortas de Inés Rosales con mermelada y chocolate, el dulce Stollen, un pan dulce con pasas y frutas confitadas, mantequilla y especias. Y no faltó un rosco de Reyes hecho por una maestra panadera. Una mesa de exposición para el recuerdo de la fabricación propia.
La muestra de dulces –en un entorno privado, en horas de cierre- fue recorrida y fotografiada por el grupo bloguero. Muchos de esos pasteles y masas acompañaron nuestra niñez. La Plaza Candelaria es un buen escenario para este regreso al clásico paladar.
Tamara y Jesús –propietarios de Sonámbulo- pusieron sitio, vino y música tradicional navideña, que terminó de ambientar la tarde. Cantos, panderetas y algún postureo flamenco al centro con palmas al compás.
Tiempo para brindar, para saborear el mejor dulce gaditano elaborado con brillantez y regado con sus vinos generosos, como la Navidad.
Pero tiempo también para conversar con este chef y su lugarteniente sobre su vida y su proyecto y filosofía culinaria, antes de abrir de nuevo las puertas y volver a llenarse el local.
Un colectivo de comunicadores de Cádiz, una pareja muy querida dentro y fuera de la hostelería gaditana y un lugar con encanto en la Plaza de Candelaria.
Allí quedaron aromas navideños de dulces y vinos y el recuerdo de los villancicos populares, con la evidencia de la amistad en las distancias cortas.
Y para nosotros, blogueros empedernidos, una ocasión más de encontrarnos para charlar y saber que disfrutamos todos con lo mismo: la gastronomía de aquí y de allá.
Gracias a SONÁMBULO por abrirnos su casa.