Cada vez que nos adentramos en el barrio de El Pópulo (el más antiguo de Europa, dicen), el del Cádiz medieval, que conserva las tres puertas de sus fronteras, entendemos que el lugar debe ser una referencia gastronómica porque tiene la infraestructura ideal para ello. Calles estrechas, restos históricos, referencias patrimoniales y el discreto encanto de sus vías que ofrecen frescor en verano y recogimiento en invierno, sobre todo al mediodía. La semana pasada cenamos en Garage, un lugar pendiente de visitar a los tres meses de su apertura.
Garage ha resuelto muy bien su decoración en el local de la plaza de San Martín (frente a la Casa del Almirante), con elementos sencillos, paredes blancas estucadas y mesas pequeñas y funcionales. Y después de nuestra experiencia, resumimos que se trata de una cocina moderna, imaginativa y eficaz, para disfrutar de raciones pequeñas al centro pero muy bien presentadas y con toques especiales.
Jesús Santos es su gerente (que regentó La Fábrica, en calle Ancha) y Carlos Ramírez su jefe de cocina (formado en la Escuela de Hostelería F. Quiñones). Ambos están en contacto permanente con el cliente. La carta ha sido diseñada por la gran cocinera Lole Hedrera.
Nos mostraron un salón reservado interior, con capacidad para unas treinta personas que puede dar bastante juego en ciertas ocasiones.
Ahora es el momento de contar lo que cenamos en Garage, un grupo de cinco tapeadores (muy adecuado) teniendo en cuenta que tienen también sugerencias fuera de carta:
Crépes de langostinos y gambón, cebolla y palo cortado (muy correctos y bien presentados); tortilla de calabacín con alioli de pera, rúcula chorizo desmenuzado y manzanilla (pequeño formato que nos encantó); papas con choco (versión muy trabajada del plato clásico que nos sorprendió); corvina frita con alioli de hierbabuena (muy bien); croquetas de gambas al ajillo y alioli de lima (pasaron la prueba); y una correcta parrillada de verduras con salsa romesco y patatas moradas. Llegamos al postre con una milhoja de jengibre y plátano glaseado y ralladura de chocolate. El pan, de especias árabes, cúrcuma y frutos secos muy bien, servido con una mantequilla de pimentón.
Garage tiene variedad de vinos por copas. Yo pedí tinto Cobijado, de Bodegas González Byass.
Ciertamente disfrutamos en Garage. Es una cocina de vanguardia a partir de productos cercanos, sujeta a nuevas ideas de manufactura propia.
Es bueno que El Pópulo vaya contando con nuevos estilos de cocina. Y, sobre todo y para mí, saber que alguien está cocinando y experimentando en directo. Espero que este establecimiento tenga un largo y sólido recorrido. Prometemos volver pronto, con la ilusión de que los proyectos parados en el barrio empiecen a salir adelante, que lo necesita.