Cada vez que la revista OCU-Compra Maestra me llega a casa, le doy un rápido repaso en busca de sus interesantes reportajes-análisis sobre productos de alimentación (entre otros). En el último ejemplar, OCU dedica un par de dobles páginas al queso rallado “fundido”, tan utilizado para completar platos de recetas de horno con gratinado, pero que contiene una mezcla de queso, mantequilla y aditivos. Es más barato, pero no sabe a queso ni llega a fundirse con el calor, al contrario, puede quemarse.
Según OCU, el queso rallado envasado era el modo que tenían los fabricantes de dar salida a restos de piezas defectuosas o excedentes. Actualmente es un producto final, que se elabora expresamente para ello, para fundir, gratinar y dar sabor a diversos platos. Pero ¡ojo!, no todos los quesos rallados envasados sirven para eso.
Lo primero, hay que distinguir los elaborados a partir de queso exclusivamente, pues algunos llevan una mezcla de queso natural con otros ingredientes como la mantequilla, las proteínas de la leche, las sales fundentes, los conservantes o los almidones. Estos quesos rallados fundidos son similares a los quesitos en porciones y las lonchas para sándwiches. Pero son productos que ni se funden ni se gratinan al calentarse. Además, muchos de ellos saben bastante a mantequilla, y tienen muchísima sal.
Otra cuestión es que estos quesos rallados fundidos pueden confundirse con un queso rallado natural, ya que suelen estar juntos en los supermercados. Lo único es que los primeros son más baratos.
Está claro que la mejor elección para cocinar es un queso rallado natural, de un solo queso o de la mezcla de varios (mozarella, cheddar, gouda…). Hay quesos grasos, extragrasos, semigrasos e incluso desnatados. Pero estos últimos no merecen la pena dada la mínima cantidad que se añade al plato. Los quesos fundidos –según el análisis de OCU- tienen un 322% más de sal y además, -14% de energía, -30% de proteínas, -30% de grasas y -45% de calcio. Está claro que siendo los quesos una fuente de calcio y de proteínas, los fundidos apenas aportan nada.
Y teniendo en cuenta que el proceso de rallado puede disminuir un poco el sabor del queso, es conveniente comprar una pieza de queso y rallarla en casa, que además puede congelarse sin problemas.
La revista OCU-Compra Maestra es una publicación de gran utilidad para el consumidor medio, ya que facilita información seria y rigurosa sobre las compras de todo tipo de productos. Para este blog supone una guía más que interesante.