Un rico salteado. Los espárragos estaban a punto de comenzar un imparable deterioro, aunque el jamón picado (ibérico por supuesto), esperaban tranquilamente en la nevera en una bolsita envasado al vacío, sin correr riesgo alguno. Jamón y espárragos se llevan bien y aportan toda clase de propiedades, y, sobre todo, un exquisito sabor. Cuento la receta.

Ingredientes: 100 gramos de jamón serrano ibérico en taquitos, un manojo de espárragos trigueros (en este caso eran de Sanlúcar de Barrameda), medio manojo de ajetes, un chorreón de vino moscatel, dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra y tres cucharadas de tomate frito casero.

En un perol con el aceite, ponemos a pochar los ajetes limpios y troceados, como unos diez minutos. A continuación añadimos los espárragos (troceados, descartando la parte dura de los tallos) y removemos un poco. Ponemos entonces el vino y el tomate frito, dejándolo todo unos veinte minutos. Y por último, añadimos el jamón y salteamos unos dos-tres minutos. Servimos.

Un plato contundente, rico y sin embargo digestivo. El vino le da un toque de dulce suavidad. En fin, de nuevo confieso mi adicción a los salteados y revueltos. Son la cocina on-line.