En evitación de que venga el señor Monforte diciendo que no hacemos deberes en casa y que vivimos de bar en bar con la excusa de la licenciatura, hace dos dias nos encerramos en la cocina, investigando manuscritos antiguos, consultando internet, revisando cartas astrales y escuchando las últimas sesiones del Congreso de Diputados. Todo fue inútil. No encontrábamos datos fiables para hacer una buena tortilla…

Pero en ese momento llegó nuestro primo José María, experto micólogo, con un canasto de níscalos recién cogidos en un lugar de Huelva llamado Sotiel Coronada, cerca de Calañas. Entonces vimos la luz, y el enigma se resolvió. Había que hacer una tortilla con níscalos, que para eso es la temporada de setas, unos pimientos del piquillo que nos habían sobrado del almuerzo y el medio vasito de Pedro Jiménez que nos habíamos servido para concentrarnos en el estudio. Las papas y los huevos estaban esperando, mirándonos de reojo en la encimera….Y he aquí el resultado, sensacional.

Ingredientes: 3 huevos, 2 patatas de Sanlúcar grandes, 4-5 pimientos del piquillo en conserva, ¼ de setas (níscalos), medio vasito de vino pedro jiménez, tres ajitos, sal y aceite de oliva virgen extra.

Limpiar los níscalos y trocearlos. Solo necesitan un chorrito de agua para quitarles la tierra y luego se secan con un paño. En un perol poner a pochar los ajitos en láminas con algo de aceite. Cuando estén, añadir las setas y saltear un poco durante unos dos minutos. Enseguida añadir los pimientos del piquillo troceados y seguir salteando, y a continuación verter el vino. Saltear todo sin dejar de mover suavemente unos 8-10 minutos para que se reduzca y se consuma el alcohol. Reservar.

Pelar, trocear y freir las patatas en taquitos con sal y en abundante aceite caliente. Cuando estén, mezclar con el sofrito anterior y añadir a los huevos batidos.

Hacer la tortilla a fuego fuerte primero y luego ir bajando la intensidad. Y no olvidar las dos vueltas de rigor.

ESTÁ RIQUÍSIMA.