Un año más, la cocina de Petri Benítez se ha centrado en trabajar para los platos hondos y la cuchara, con las legumbres, hortalizas y verduras de la huerta de Conil. Ha sido con motivo de las Jornadas del Cuchareo, celebradas del 15 al 17 de marzo en su 8ª edición, un evento ya clásico en la Venta Melchor.

La carta de las Jornadas contenía once platos y tres postres, estructurados en entrantes, rurales, marineros y postres, todo ello con los vinos de la tierra. Una deliciosa experiencia de tradición, buena técnica culinaria y los mejores productos, bajo el lema de “Cucharadas de sabor”.

Por allí estuvimos al mediodía, con la acostumbrada limitación de ir dos personas, y la tentación de querer probarlo todo, esos platos de sabores concentrados a base de trabajo y fuego, equilibrados en su contenido y sobre todo, llegados a la mesa a la temperatura exacta, que los hacen sencillamente irresistibles.

Papas aliñás, (el olor ya hacía disfrutar) fue el primer entrante, seguido de una morcilla en tomate –plato clásico de la Venta- que me pareció único y digno de homenaje. El arroz con tomate y langostinos, incluido en el menú de las Jornadas fue otro lujo de plato, inolvidable. 

En formato pequeño, «cuchareamos» otras dos propuestas: los fideos con caballa y el salmorejo con atún. Ambas deliciosas.

Fue una suerte probar la berza con judías verdes, calabaza y chícharos (guisantes en Cádiz), guiso tradicional de sabor en nuestra memoria que nunca pasa de moda y que representa nuestra mejor cocina. Petri lo recrea con su mejor elaboración.

Probamos también el potaje de garbanzos con manitas de cerdo, uno de los más demandados por la clientela. La carne, totalmente deshuesada, da a los garbanzos su mejor sustancia. Y por apurar, pedimos caldereta de corzo (caza de cercanía), otro gran plato de la cocina de la Venta Melchor.

Recurrimos al postre que más nos gusta, mousse de arroz con leche y piñones, una opción riquísima para la Cuaresma. 

La Venta Melchor sigue fiel a su estilo, a su filosofía de cocina, jugando y combinando con maestría los mejores productos de la tierra y del mar, aliándose con arroces y legumbres, para dar como resultado una cocina tradicional de alto nivel.

En breve, presentará oficialmente su tienda, instalada a la entrada, con una exposición de alimentos del entorno como legumbres, hortalizas de temporada, mieles, moringa, tomates de Conil, conservas y vinos de la tierra, quesos, etc., productos propios de una venta kilómetro cero, certificación que posee desde hace algunos años, y que no todo el mundo puede conseguir. Las Ventas son el mejor escaparate de lo que da su propia tierra.