Duralex o no Duralex, esa es la cuestión. Y con menos de una docena no se puede trabajar en ninguna cocina que se precie. A partir de hoy, unos nuevos vasos lucen brillantes, bien colocados, limpios del lavavajillas, y, sobre todo con una imagen renovada, porque su diseño lo es. Acaban de sustituir al parque de vasos de Duralex de siempre. La vida es dura, y a veces, llega la jubilación forzosa, para jugar en segunda división.
Han sido un regalo inesperado. Una vez en casa, lo primero fue comparar su capacidad con la de los antiguos vasos. Y resulta que contienen la misma medida de líquido, aunque no lo creíamos a simple vista. Nunca hasta ahora habíamos hablado de vasos en este blog. Hoy nos ha podido la frivolidad.
Hay que reconocer que el cambio se estaba pidiendo a voces. No hace mucho se sustituyeron también los platos de Duralex blanco, con más años que el hilo negro, por otros de loza más actual –Santa Clara es la marca-, aprovechando una buena oferta en los grandes almacenes. Y ahora tocaban los vasos.
Estamos hablando de piezas de diario, de peones sin cualificar, de mano de obra barata, que la cristalería de estilo se reserva para otras ocasiones. Pero sin ellos nuestras mesas rutinarias no serían lo mismo, no tendrían el mismo encanto. Estos nuevos vasos de 200 cc. están tallados por dentro y eso les da una imagen original y agradable.
No ha sido el paro el destino de los vasos sustituidos, ni mucho menos la basura. Como eran de dos modelos diferentes, han ido trasladados directamente a la casa del hijo emancipado, donde seguro que serán recibidos con los muebles abiertos de la cocina.
En la imagen, vista parcial de los doce vasos en estado de descanso, en el escurreplatos, después de haber servido para el tinto con casera de la cena. Para ello, hemos abierto el mueble y, de paso, hemos pasado un trapito por si el estado de limpieza no estuviera a la altura; que luego en las redes sociales se sabe todo….
La cocina, como la vida misma, está llena de útiles con fecha de caducidad; es cierto que a veces se antepone la juventud y la belleza a otras virtudes menos superficiales. Pero también es cierto que se necesita un poco de cambio, de estreno y de chispa. Con los nuevos vasos, nuestra mesa ahora luce un poquito mejor en su ropa de diario. Los pequeños detalles hacen la vida más agradable.