La carne de ave es más saludable que la de ternera, eso dicen los expertos. Así que tendré que diversificar en los menús de casa, alternando pollo y pavo, dejando la ternera para una vez cada quince días. En esta ocasión, he procurado que las pechugas de pavo no parezcan tan secas como de costumbre y creo que lo he conseguido. Es una receta muy conocida y muy fácil, pero en casa ha gustado mucho. Lo de añadir piñones a la dieta se recomienda cada día más por los médicos nutricionistas, por sus propiedades saludables. Ya se me acabó la botella de Pedro Jiménez, por cierto.
Ingredientes (4 personas): 600 g de pechuga de pavo, una cebolla grande, un vasito de vino dulce, un puñado de pasas, un puñado de piñones, sal y aceite de oliva virgen extra, agua y sal.
Trocear el pavo y añadirle sal. Poner un poco de aceite en la cacerola a calentar y dorar los trozos de pavo a fuego fuerte. Ir sacando en cuanto estén dorados.
En la misma cacerola echar la cebolla picada y dejar que se poche unos diez minutos. Añadir un poco del vino dulce y dejar que se evapore. Pasar el sofrito por la batidora y ponerlo de nuevo en la cacerola, junto al pavo, las pasas y los piñones, y un poco más del vino. Añadir agua hasta cubrir el guiso y poner a punto de sal. Dejar que todo se haga unos 30 minutos y servir.
Con la poesía, mucho mejor explicado
Las rimas ayudan a que sea recordado.
Sin negarle la ternura
desde siempre a la ternera,
si su frecuencia se altera
la digestión se aligera,
y la salud se asegura.
La fórmula es rigurosa:
pavo o pollo en la receta
que apoya todas las dietas
y de comer es jugosa.
Se trata de la pechuga,
troceada y regadita
con suero de botellita
de Ximenez, no la Guita.
¿Y ensalada de lechuga
para que cuadre el poemita?
Si hay tiempo para pelarlos,
unos piñones pelados
dan interés al guisado
y distraen para cazarlos
en el plato, por los lados.
Así que plato completo:
pavo o pollo, piñón, vino,
sofrito, paciencia y tino:
si quiero alimentos finos
en Comeencasa me meto.