Me acostumbré a la tortilla de patatas jugosita de mi madre, a los pimientos fritos con filetitos de ternera, al bocata de queso, a los pimientos asaos con melva o las tortillitas de camarones, por no hablar de los boquerones fritos o del gazpachito fresco al volver de la playa. Todos ellos eran la base de los tentempiés, piscolabis con playa, o la merienda-cena de todos los veranos. Ahora me veo obligada a aprender nuevos vocablos anglosajones tras leer la noticia del diario económico  Negocio & Estilo de Vida de hoy, que describe en este idioma, el aperitivo-tapeo actual, en distintos momentos del día.

Empiezo por el llamado “afterwork”, que no es sino la cerveza y la tapa al salir del trabajo, cosa muy frecuente en nuestras ciudades (¿Cómo se dirá en el caso de que se tomen la cerveza durante?). A continuación vendría el llamado brunch, fusión del breakfast (desayuno) con el lunch (almuerzo o comida), y que llevaría platos mezclados de ambos momentos. Y para rematar, lo último que ha llegado a España: el drunch, que está hecho de las palabras dinner (cena) y lunch (comida), que equivaldría a nuestra merienda-cena. No entiendo tanta pamplina, cuando aquí ya lo teníamos todo inventado…

Total, que con estas palabras dignas de las nuevas tendencias sociales, resulta que los locales de moda proponen menús desde 14 euros por persona, con productos dulces y salados, tostadas, ensaladas, huevos, etc. También suelen incluir una copa de vino, un zumo de tomate o un cóctel. Lo que sí es cierto es que estos menús contienen alimentos muy ligeros, añadiendo incluso fruta o dulces sencillos. En algunos hoteles el drunch se compone de productos con denominación de origen como embutidos ibéricos, queso manchego, anchoas, etc., con vino. Esto me parece más normal.

Pero hay más: el famoso hotel Arts de Barcelona ha adoptado otra palabra nueva: el sprunch, que no hace sino combinar oferta gastronómica con masaje personalizado en el spa del establecimiento, con el correspondiente brunch. Los precios rondan los 150 euros por persona y se ofrecerá los domingos desde el mes de abril. Por cierto: también en las revistas de moda aparecen las top models con los diseños especiales para asistir a los brunch dominicales. Vamos, la moda casual. ¡Y yo con esta bata!

Como ejemplo, la Taberna del Alabardero, en Sevilla, oferta un brunch los domingos desde las 12.30 horas por la módica cantidad de 19,90 euros por persona. Desde luego, si voy por allí cuidaré mucho lo que me ponga, porque el sitio tiene su glamour.