Hoy he vuelto a entrar en el despacho de su consulta y he sentido escalofríos y tristeza en los ojos. He pedido a sus compañeras un recuerdo, algún objeto de los que tenía sobre su mesa de trabajo y me he traído un juego de piedrecitas de colores de las que perfuman el ambiente y que lucían en un cuenco. El viernes pasado se enterró Sophia Cruz Elorza, nacida en Colombia, médico especialista en nutrición, obesidad, dietética y experta en menopausia, tema sobre el que hizo su tesis doctoral. Tenía 45 años, dos hijas pequeñas y era excepcional como médico y como persona.
La conocí hace casi ocho años en su consulta anterior, cuando yo pretendía perder los cuatro kilos que tanto cuestan pasados los cuarenta. Y además de conseguirlo con brillantez, me enseñó a comer, a combinar alimentos, a mantener el peso, a valorar lo que ingerimos, y sobre todo a cuidar cuerpo y alma, que al fin y al cabo están siempre relacionados.
Hoy me decía otra paciente suya que Sophia era tan psicológo como médico, porque gustaba de escuchar las preocupaciones y las historias que le llevábamos a la consulta. ¡Cuanta lata le hemos dado con nuestras ansiedades sin que ella nos contara las suyas, como su enfermedad!. Pero es que sabía tanto, que siempre tenía respuesta para todo, solución para todo. Su voz era bella, templada, pausada y equilibrada, regalando tranquilidad, con un “no te preocupes”. Ella era un dar, un contentar, un resolver, un comprender.
Sophia Cruz, médica honesta de nutrición, es decir, que empleaba métodos para adelgazar éticos y saludables, aportaba confianza a la mujer en la edad en que su figura tiende a deformarse. Porque ella transmitía el mensaje de que podemos seguir siendo atractivas si nos cuidamos.
Trabajadora incansable, observadora empedernida, curiosa incorregible y envidiablemente optimista, Sophia iba atesorando una información humana valiosísima, que luego iba repartiendo con sabiduría a todo el que la trataba.
Con ella he cruzado el desierto del desorden hormonal, duro y molesto, para quien quiere conservar el mismo ritmo laboral y doméstico y la misma talla de los 30 años. Y siempre me dijo que esto pasaría, que tuviera paciencia. Y así va siendo….
Con su muerte Sophia ha dejado un recuerdo alegre, protector, humano, como ella. Y a mí me ha dejado una gran inquietud por la salud en la alimentación y una nueva visión de todo lo relacionado con el orden y la filosofía del comer, pero también en la responsabilidad de cada uno. Me ha enseñado mucho. Ha sido una auténtica guía espiritual no solo en la dieta, sino en el modo de vivir. Muchas Sophias necesitaríamos para humanizar y dignificar este mundo a veces vulgar, decadente y artificial; y la alimentación –tal como ella la concebía y manejaba- es el mejor camino.
Descanse en paz.
Habría que crear nuevas palabras en el mundo,para describir como era Sopfhia.
Mañana hará un año que se fue y aun sigo recordandola a diario.
Ha sido amiga,consejera,medico en todos los aspectos,le consultaba millones de cosas antes de actuar.Su muerte fue impactante para mi,me hubiera gustado tanto poder despedirme de ella .»no pudo ser». Pero ha hecho una labor tan fantástica,que nos dejo al frente de su clínica un grupo de gente maravillosa a la que ha sabido trasmitir toda su grandeza ,dulzura ,amor y conocimientos ,para que nos ayuden a todas a seguir para delante.te mando un gran beso que se que al cielo te llegara .
muchas gracias por todo.
Buenos días.
No conocí a Sofía porque me atendieron otras personas cuando acudí a la clínica, pero la marcha de alguien y sobre todo si es jóven siempre nos conmueve. Yo siempre me he sentido muy bien tratada allí y eso es señal de un trabajo bien hecho. Hoy al recibir la noticia por vuestro email me siento muy cerca de los que realmente notaríes su ausencia. Sólo quisiera trasladaros mi apoyo y a ti Sophia; descansa en paz.
Un abrazo y mucha fuerza.
Se me partió el alma cuando me enteré de su fallecimiento, hacía un par de meses que había dejado de ir por la clínica y………
Añoro sus charlas, sus risas porque siempre me decía que se reía mucho conmigo, pero sobre todo añoro que me escuchaba, cuantos médicos dietistas te miran, te observan y luego te imprimen un papel con la dieta de la semana pero, realmente no te escuchan, no reparan en lo que te ocurre, en tu necesidad de contar porque no has podido cumplir con la dieta esa semana, ella siempre te dedicaba tu tiempo, te escuchaba, se reía y luego te pasaba a la camilla donde después de esa paz que te transmitía, yo me quedaba dormida con una sonrisa.
Aun sin ser un familiar mío, puedo asegurar que es una de las pérdidas que más me ha afectado.
No puedo recordarla sin soltar mis lagrimas, incluso ahora.
Mi único consuelo es haber tenido la suerte de conocerla, como médica y sobre todo como persona.
No podré estar presente en la misa pero………………….te puedo asegurar que te llevo en el corazón.
«Querido sauce llorón que siempre estás en lagrimado,
llorando pareces enojado.
Quizá es porque te dejó un día o porque dijo que quedarse no podía.
En tu rama se columpiaba, y ahora añoras la felicidad que eso te daba.
Tus hojas regalaban fresca brisa y creíste que nunca se apagaría su risa.
Sauce llorón, escucha el viento, te dirá algo que calmar tu lamento.
Quizá pienses que para siempre la muerte se lo llevó,
pero en tu corazón eternamente se alojó”.
Gracias, gracias gracias, por todo Sophia.
Sofia ,el dia que me entere que nos habias dejado no me lo podia creer. Me inpacto. Desde entonces con mucha frecuencia me acuerdo de ti. Te recuerdo con muchisimo cariño.
Fuistes una persona muy cercana para mi. Nos unia la misma profesion . Me gustaba ir a la consulta como paciente pues durante ese tiempo hablabamos e intercambiabamos opiniones sobre nuestra actividad como medico estetico. Me ayudastes mucho con tu experiencia en muchas cosas con total transparencia y desinteres. No sabes como te recuerdo y te lo agradezco.
Me hubiera gustado en vida haberte dado un beso fuerte y un gran abrazo, decirte lo mucho que te apreciaba y decirte lo agusto que me sentia cuando estabamos juntas en la consulta , en los congresos …………… Me hubiera gustado despedirme de ti. Haberte dicho adios y hasta siempre Sofia….
Que vacio tan grande nos deja en nuestras vidas la ausencia de un ser querido. Que impotencia tan grande querer decirle y no poder……
Creo en Dios y a veces nos pone a prueba. La ausencia de Sofia es una gran prueba para los que estamos aun aqui. Su testimonio y sus recuerdos son un gran ejemplo para mi.
Sofia hasta siempre. Descansa en paz. Te lo mereces
Hace algún tiempo que conocimos a Ana, y al buscarla de nuevo para ponernos en línea, conocimos a Sophia, recuerdo que Ana había tenido un accidente y estaba de baja.
Sophia te daba paz al hablar contigo, te ayudaba a relajarte a pesar de que siempre fuimos a ultima hora, cuando ya todos en la clínica estaban cansados y deseando irse a casa, pero nos atendían con amabilidad, al saber que no podíamos salir antes del trabajo.
Recuerdo que dejamos de ir pues me dio un Ictus, también hace un año de eso, y al volver y preguntar a Ana, por Sophia, se quedo paralizada, habían pasado dos meses, desde mi Ictus y su partida hacia ese lugar donde la paz reina y donde ya no hay dolor, recuerdo que me impresione pues solo dos semanas antes de su muerte había estado hablando con ella en nuestra ultima consulta antes de ponerme mala, recuerdo haber visto tristeza en sus ojos, la note como preocupada, pero ni por asomo pude darme cuenta de que estaba tan malita, creo que quiso vivir la vida hasta el final y no morirse hasta el ultimo momento, espero de veras que sus hijas, el día de mañana, sepan que tenían una madre que fue, ES, una gran persona, también espero que siempre recuerden el amor que les dio y eso les ayude a crecer sintiendo la a su lado, aunque la echen en falta.
Gracias por haberte conocido, ¡Que seas Feliz, donde quieras que estés junto al Padre!
Soy un paciente de la clínica desde hace casi dos años. Casi siempre me ha tratado Ana Velázquez, a quien aprovecho para enviarle un saludo. Tan solo en una ocasión me atendió Sophia. Creo recordar que fue en noviembre del 2010 para una revisión. En el rato que estuve charlando con ella, me pareció una persona muy amable y receptiva, dispuesta a escuchar todo cuanto me preocupaba en relación a la estética, además de una gran profesional en la materia. Yo no sabía que había fallecido. Ha sido, sin duda, una gran pérdida.
Hola soy una clienta de la clínica no he dado credito cuando he leido el mensaje de Sophia sólo me atendio una vez para un peeling, fue un encanto conmigo porque yo tenia un problema y me sentia muy mal pero con su calidez y sinceridad me ayudo muchísimo volvi pero ya no estaba aún así cada vez que iba preguntaba por ella sin sospechar cual habia sido su destino final. Sophia era una persona que dejaba siempre algo positivo en las personas que se cruzaban por su camino y como clienta hablo en nombre de muchas de sus clientas porque estoy segura de ello. Sophia que descanses en paz!!!
Parece mentira que un año después siga pensando en ti tan a menudo. Como estarás viendo, aun no he podido volver a tu consulta, no tengo el valor suficiente para entrar en la Clinica y pasar por todos los despachos y cabinas y no cruzarme contigo, además, como solo me atendías tu…….. Añoro nuestras largas conversaciones sobre nuestros hijos, nuestras vacaciones, y todo esto entre pinchazos indoloros gracias a tus manos mágicas.
Me queda el consuelo de que, desde donde estas, veas como nos has ayudado, como nos has hecho mas felices, como has contribuido a que tengamos unas vidas mas sanas. Eres una gran persona, una gran profesional y aunque te creyeras que solo hacías tu trabajo estabas haciendo muchísimo mas.
Siempre, siempre te recordare y te añorare.
Tu fiel paciente,
Lucia
GRAN PÉRDIDA…UNA PERSONA TENAZ, QUE DESPRENDIA UNA ENERGÍA POSITIVA…QUE NUNCA SE ACABABA, INCANSABLE EN SU TRABAJO, ADORABA A SUS PACIENTES PARA ELLA TODOS ERAN ESPECIALES Y ÚNICOS, SIEMPRE TENÍA TIEMPO PARA ELLOS CON UNA BUENA CARA. JAMAS LA ESCUCHÉ QUEJARSE DE LAS HORAS QUE PASABA EN LA CLÍNICA, QUE OS ASEGURO QUE ERAN MUCHAS, SIEMPRE FORMÁNDOSE PARA DARLE A SUS PACIENTES LO MEJOR, LO ÚLTIMO, LO MAS NOVEDOSO…
DULCE COMO ELLA SÓLA! EN SU MANERA DE HABLAR, DE ACTUAR, HASTA DE PINCHAR!!
…A LA GENTE QUE LA QUEREMOS NOS COSTARÁ MUCHO TRABAJO ASIMILAR QUE YA NO ESTÁ CON NOSOTROS,
ESTOY ORGULLOSA DE HABER TRABAJADO PARA ELLA, DE HABERME EMPAPADO DE SUS CONOCIMIENTOS, DE HABERLA OBSERVADO,.. HE APRENDIDO TANTO DE TI… GRACIAS SOPHIA!
Y LA MEJOR MANERA DE RECORDARLA ES SEGUIR YENDO A ESA CLÍNICA QUE CON TANTO ESFUERZO, ILUSIÓN Y AMOR POR SU PROFESIÓN CREÓ. LOS QUE LA CONOCÍAMOS SABEMOS QUE ES LO QUE A ELLA LE GUSTARÍA.
POR ÚLTIMO DARTE LAS GRACIAS, A TI CHARO, POR ESAS PALABRAS TAN BONITAS Y QUE LA DESCRIBEN TAN BIEN.
Gracias por tu bello comentario, José María. Leyéndolo caigo en que olvidé dos palabras en mi texto relacionadas con Sophia: una es la que tú citas, «servir». A eso se dedicó siempre, a ser úitil. Y la otra es «sensibilidad», una virtud especial que regía toda su vida.
No la olvidaremos.
Conoci a Sofía el año pasado en su Clínica, desde el primer momento me impresionó su calidez como persona, su laboriosidad y buen hacer en el trabajo y esa dulzura que la caracterizaba … esa conexión que, conmigo y estoy segura con todas sus pacientes, establecía. Antes de ayer llamé para concertar nuestra cita programada, aparte cuestiones de tratamiento, es como a esa amiga a la que hace unos meses que no ves y estás deseando encontrarte con ella para darle un abrazo, preguntarle por sus niñas y contarle mis cosillas con las que ello tanto reía… no me lo podía creer, se me empañaron los ojos y aún hoy me cuesta aceptarlo, no creo que pueda volver a su cliníca, creo me haría bastante daño, no puedo concebirla sin ella. Nos despedimos la última vez con dos besos, risas y complicidad entre chicas y un «hasta dentro de 5 meses…ya te cuento Sofía», «Nos vemos en ese tiempo y si, tendrás que contarme…» esa fue nuestra última conversación… me cuesta trabajo aceptar que no puedo contarle aunque en mi interior se lo estoy contando y sé que seguirá riendo…hace unos meses se lo conté a una profesional perfecta y excepcional , a una mejor persona y a una gran amiga… hoy creo que se lo cuento a un Ángel de luz, yo no soy muy creyente pero, si algo existe… Sofía estoy segura debe ser un Angel porque ya lo era aqui… Un beso para ti Sofía, con lágrimas te lo escribo, espero que te llegue.
Cuando un árbol se va del patio familiar,
deja en pie un gran hueco de luz.
Para quien no compartió nada con él
allí simplemente no hay nada.
En cambio, para los que se cobijaron a su Sombra…
o compartieron su presencia rica en recuerdos,
ese hueco del cielo abierto lo vuelve a hacer presente en cada amanecer.
Buscando nuestros ojos tropiezan quizá
con una estrella lejana que se ha quedado en el cielo,
náufraga de la noche que ahora se ha vuelto día .
Que Sophia Cruz descanse en paz, pero que nunca olvidemos su alegría, su humanidad, su deseo de servir.