
El nuevo mercado de la Encarnación cuenta con 40 puestos, entre fruterías, carnicerías, pescaderías, abacerías, congelados, dos pequeñas cafeterías, incluso una joyería en un quiosco exento en mitad de las instalaciones. Muchos de los comerciantes de esta plaza pertenecen a varias generaciones de placeros. El mercado original comenzó en el siglo XIX, y sus fotos antiguas están expuestas a modo de exposición, hasta el próximo 7 de enero.
He tenido ocasión de conocer de cerca la bondad de los productos de este mercado, pues durante muchos años recogía el pedido de frutas y verduras a la salida de mi trabajo. En frutas y verduras era una potencia (mucha fruta de Aragón), y en cuanto a carnes y pescados, a pesar de tener pocos puestos, he podido comprobar su calidad y variedad. Además, he visto que tienen pollo de corral, todo un acierto.

En el mercado provisional tuve ocasión de compartir compras con las queridas Hermanas de la Cruz, monjitas que tienen cerca el convento. También he visto cómo los productos adecuados para consumir pero no para vender, se donaban a partir de las tres de la tarde a personas con pocos recursos. Sin duda, este mercado, como creo que muchos otros, está lleno de historias humanas que nos hacen pensar y reflexionar. Desde aquí mi recuerdo a Dolores y Manolo, un matrimonio placero al que compré frutas y verduras durante muchos años, y que se jubiló hará unos diez, sin haber conocido este flamante nuevo mercado.
El nuevo Mercado abrirá de lunes a sábado, de 8 a 3 de la tarde.