Éste es mi revuelto favorito. Se lo copié por la cara al gran Arguiñano, a quien admiro por su maestría y su sencillez en la preparación de recetas. El único secreto es que el jamón sea ibérico, a ser posible de bellota, es decir, bueno. En cuanto a los guisantes, lo ideal es que sean frescos. A mí me quedaban todavía guisantes naturales que yo había congelado pelados, procedentes de la última cosecha.

Ingredientes: (4 personas): 100 gramos de jamón en taquitos, 250 gr. de guisantes frescos, 4 huevos y aceite de oliva virgen extra. (LA SAL NO ES NECESARIA).

Los guisantes hay que pelarlos y cocerlos con un poco de sal para que se pongan tiernos. En un perol de hierro (son los mejores para los revueltos), ponemos a pochar con un poco de aceite los taquitos de jamón, para que vayan soltando su grasita.

Enseguida añadimos los guisantes y seguimos salteando. Y a continuación, estrellamos los huevos. Ya solo es cuestión de que se vayan cuajando, para lo cual empezamos con fuego fuerte y acabamos con fuego medio, sin dejar de remover y evitando que se reseque el revuelto. Y a servir enseguida. Está riquísimo, no engorda demasiado y tiene muchas proteínas y fibra.