Conocí a José Rasero con motivo de un encuentro de escritores gaditanos el pasado Día del Libro. Y luego volví a encontrarlo firmando en la Feria del Libro de Sevilla. Este autor tiene ya un notable curriculum en novela, poesía, guiones de radio y música. Su obra, “Áticos y viento” (Editorial Mayi, 2015) me ha resultado una divertida e interesante aventura literario-subterránea por la ciudad de Cádiz.
Desde el primer capítulo sentí que había entrado por las buenas en las calles y pisos frikis de Cádiz, en espacios en dónde el viento trastorna voluntades, conductas y líneas rojas. Áticos cutres en dónde uno se siente solo, desprotegido por el viento despiadado de la propia sociedad, pero de dónde sale la voluntad de vivir, de divertirse, de renovarse y de traspasar ciertas puertas mal cerradas.
Áticos y viento es una novela trepidante, divertida y muy fiel y respetuosa con los personajes, a los que facilita la expresión libre de sus sentimientos. Es fácil conocerlos, amarlos, incluso con su naturaleza canalla. En Cádiz vive todo lo bueno y lo oficialmente prohibido.
Y, sobre todo, vivir en directo aventuras por las calles gaditanas, los bares dónde las conversaciones llevan a la porfía, y dónde el levante condiciona nuestro propio ritmo vital.
El detective Benito Bram -protagonista oficial- se ha convertido en nuestro antihéroe: listo, sensible, desastroso, decadente, fracasado, expuesto a la humillación, pero con ganas de vivir y de renacer de sus propias frustraciones gracias a su experiencia. Tiene su propio perfil en Facebook.
Una aventura en Cádiz, con muchos Cádiz canallas, que viven en azoteas, áticos, ventanucos, bares con humos, noches de alcohol sin fin, etc., dónde a la mañana siguiente alguien tiene que poner una lavadora para equilibrar los desajustes nocturnos al sol, y muchas vidas paralelas en nuestras calles de siempre. Cádiz siempre trae sorpresas.
Y digo que cada gaditano esconde siempre otra vida además de la que enseña oficialmente, como en esta novela, que descubre a los que viven arriba, a su aire, y con sus vientos.
Una novela que recomiendo, a pesar de no tratar de gastronomía.