La rutina actúa muchas veces en contra de la diversión, de la sorpresa y del lucimiento. Eso ocurre con la cocina diaria. Hay que guisar menús con fundamento, pero casi siempre para las mismas personas, tu propia familia, lo cual resta un poco de interés. Por poner un ejemplo, el arroz que hacemos para una reunión o celebración extraordinaria en casa o en la casita de campo. Pero las recetas de diario no traen más motivación que el deber cumplido, la tarea realizada, algo anónimo.
Además, un mismo plato no siempre sale igual. Por ello siempre tendremos el comité de expertos críticos de casa que nos dirán que hoy el guiso de patatas está más seco, que nos hemos pasado en sal, y que el potaje está bueno pero….que los ha habido mejores.
En fín, con este desahogo solo quería animar a los cocineros/as constantes, reiterativos en la búsqueda de lo mejor para momentos iguales, repetidos, reproducidos en la cocina de lunes al domingo.
Solo les deseo que no se desanimen, que la cocina de casa es así, algo ingrata, dura y exigente, pero que sigan con su esfuerzo, que la salud familiar se lo agradecerá.
Y ahora la pregunta es : ¿Quién se esfuerza más, el cocinero/a de casa o el de un establecimiento de hostelería?…ambos tienen responsabilidad.
hola chari: desde luego, cada dia escribes cosas más interesantes; me lo paso bomba con tus escritos. Mañana dia de tu cumpleaños te deseamos tita Carmela y yo, toda la felicidad del mundo, aunque ya te felicité por adelantado; que lo pases estupendamente, un fuerte abrazo tita Carmela y Adela.
Hola Domingo: la verdad es que cocinar por obligación es un auténtico rollo. Otra cosa es cuando los «probadores» salen contentos, que al menos te sientes satisfecha.
Pero, lo dicho, hay que cocinar para estar sanos….
Un abrazo
Buena pregunta y sin duda muy dificil de responder. Creo recordar que hablamos sobre este tema y comenté que la cocina es un compendio de muchas cosas y que afortunadamente mi experiencia en los fogones casi siempre es por puro placer. Cuando cocinar se convierte en obligación ya sea en casa o en el trabajo, la cosa cambia y es entonces, donde la vocación y el gusto por la cocina tienen un papel fundamental. Seguramente no sabría diferenciar sabores, texturas o aromas, pero creo que podría elegir entre un plato elaborado con profesionalidad y cariño. Alguna vez he tenido que cocinar por obligación y la verdad es que el resultado no es el mismo a cuando digo eso de !dejadme solo!
Pd.-Moby la carne salió riquisima.